encontró la desgracia: un balazo en la cabeza que lo mantiene con muerte cerebral. El joven, de 19 años, resultó herido luego de que un delincuente le disparara a quemarropa por negarse a entregarle el teléfono celular. El acto violento ocurrió a las 7:30 de la noche del lunes, cuando López conversaba en la entrada de la casa de un amigo (carrera 17 con calle 63C) barrio Buena Esperanza, en el suroccidente de Barranquilla.
En esta calle ocurrió la tragedia en la que resultó víctima el estudiante.
Dos delincuentes que se movilizaban en motocicleta "la vieron fácil", cuando se percataron de que el muchacho tenía un celular de alta gama en la mano.
Uno de estos lo encañonó y le gritó que entregara el aparato. Según testigos, Abel puso resistencia y forcejeó con el sujeto, quien iba de parrillero en la moto.
Pero el hampón no estaba dispuesto a irse con las manos vacías, y desenfundó un arma de fuego con la que le disparó al joven en dos ocasiones. Sin embargo, al verlo herido ambos atracadores huyeron del sitio olvidándose del celular.
López Monroy recibió los balazos en la cabeza y en el brazo izquierdo. Ahora permanece con respiración mecánica y bajo pronóstico reservado en la UCI de la Clínica General del Norte. Para empeorar la situación Elkin Monroy, tío de Abel Junior, denunció que su pariente fue objeto del llamado "paseo de la muerte", pues tuvo que esperar cerca de ocho horas para le aprobaran la remisión al centro asistencial donde se encuentra internado.
El día de la tragedia Abel Junior había salido junto con sus padres y su hermana mayor a celebrar el cumpleaños de su abuela materna en Buena Esperanza.
Estando en la reunión familiar la mamá le pidió que “fuera a la tienda a comprar una gaseosa”, recordó la tía Astrid Martínez. En el trayecto para conseguir la bebida se detuvo a hablar con un amigo, y fue cuando ocurrió la tragedia.
Abelito como le llaman en la familia, es hijo de Abel López y Sandra Monroy. Estudia gestión bancaria financiera en la Corporación Universitaria Empresarial de Salamanca. En su tiempo libre trabaja como taxista en uno de los carros del papá. Su dirección de residencia es la carrera 10 con calle 60, esquina, barrio La Ceiba.
Según testigos, los responsables del incidente son dos delincuentes que tienen azotado el barrio, y quienes en los últimos días han cometido varios atracos.