Muchas veces hemos vistos jugar a algunas niñas a las muñecas con amigas imaginarias diciéndole que haga esto o aquello; o a los niños dibujar sobre el papel a su amigo ficticio poniéndole un nombre.
Para muchas personas esta es una costumbre de los primeros años, en los que se muestra la creatividad e imaginación, pero qué ocurre cuando estos compañeros de juego comienzan a trasmitir pensamientos oscuros, violentos y de muerte.
Es muy difícil que esta acción provenga de una mente infantil en la que los juegos se tornan bizarros y el niño empieza a ser limitado y atemorizado por esta entidad aparentemente creada por su imaginación, provocando que muchos padres busquen asesoría psicológica para orientar a sus hijos.
Algunos expertos afirman que son roles que los niños inventan y no pueden controlar. Sin embargo, para la rama espiritista estos casos no son psicológicos, mucho menos imaginarios, y se dan en los niños porque ellos en los primeros años de vida tienen sus sentidos espirituales despiertos, lo que llamarían los ojos del alma abiertos (chakras central) en el mundo esotérico o “tener vista” en la costa.
Lo anterior con los años se va cerrando por las distracciones del mundo terrenal, aseguran conocedores del espiritismo y contastadores de fantasmas quienes sostienen que todos cuando estamos en las edades de 1 hasta los 7 años, somos médium naturales, capaces de ver las dos realidades: la espiritual y material.
También se relata que las investigaciones en el mundo espiritista demuestran que estos contactos son peligrosos poniendo en riesgo la salud del niño hasta el punto de una posible posesión de la entidad al infante.
¿CÓMO SABER SI JUEGAN CON ESPÍRITUS?
Los especialistas dicen que las características de un niño que está entablando contacto con un muerto son las mismas de un médium, solo que el niño estará indefenso para estos encuentros en los que estas almas oscuras pueden robarles energía o lastimarlos físicamente, teniendo el niño una apariencia física enferma y moretones o rasguños.
También se le puede notar todo el día agotado, lo que se conoce entre los médium como desgaste psíquico.
Otros fenómenos paranormales en el hogar dan cuenta de que cuando ocurren estos rasgos en un infante es importante cambiarlo de ambiente y utilizar una limpieza de la casa por medio de un exorcismo o limpieza astral para expulsar así la entidad oscura del hogar.
UN CASO LOCAL
Estefany Álvarez, de 37 años, cuenta que su hijo Miguel David empezó a tener un amigo imaginario mientras vivían alquilados en una casa del barrio Los Olivos. Relata que todas las tarde su hijo se metía debajo de la cama de unos de los cuartos de la vivienda y empezaba a jugar con su amigo imaginario. “No le prestaba mucha atención al asunto ya que pensaba que eran cosas de niños”.
Una tarde en la que Estefany buscaba a su hijo en las habitaciones escuchó que el menor era regañado por una extraña voz que provenía debajo de la cama.
“Era una voz muy fuerte que le decía que no se fuera. Fue algo muy real que me llenó de miedo y no volví a dejarlo jugar a solas. Luego se tornó rebelde y de mal color, creo que estaba poseído por algún espíritu”, cuenta aún con asombro la mujer que buscó ayuda profesional.