Existe una vieja frase dentro del mundo paranormal que afirma que los espíritus no tienen fronteras, ni nacionalidades. Eso mismo ha ocurrido con muchas historias de nuestro Caribe que han sido leídas en diferentes partes del mundo, donde muchas veces estas leyendas enigmáticas del trópico se mezclan con las de otras culturas, generando historias escalofriantes que son contadas en diferentes idiomas.
Un suceso sacado de esta fusión Caribe-extranjera, es la vivida por Davis Jones, un empresario norteamericano que tiene una tienda de artesanías en Nueva York, las cuales consigue en varios países. Jones, junto a su esposa e hijo, fue testigo de la aparición de un niño con un acordeón que se manifestaba de noche en las habitaciones de su apartamento, escondiendo un gran secreto.
Davis Jones Marther cuenta que después de viajar por muchas partes para surtir su tienda, decidió visitar junto a su esposa Madison el Caribe colombiano. Atraídos por la gran belleza de sus artesanías y sus hermosos paisajes llegaron a territorio costeño. “Visitamos varias ferias artesanales en Santa Marta, Barranquilla y Valledupar, en esta última ciudad encontramos una feria que era administrada por una anciana solitaria. Siempre nos ha gustado ayudar a los pequeños artesanos, pero nunca imaginamos la extraña conexión que tendríamos después con esta señora”, explicó Madison quien agregó que le compraron sombreros vueltiao’s, manillas y otros accesorios que llevaron a Nueva York.
UN NIÑO ACORDEONERO EN EL APARTAMENTO
Davis y Madison cuentan que días después de su viaje a Colombia, su hijo Jaiden, empezó a manifestar una fiebre alta y mareos, por lo que llamaron a su médico de cabecera. Este le dijo que se podría tratar de un virus, pero esa noche el pequeño se levantó gritando, afirmaba que veía un niño campesino en la puerta de su cuarto tocando un acordeón. Davis pensaba que se trataba de una alucinación por la fiebre alta que padecía, pero después constató con sus ojos que lo que decía su hijo era cierto.
A la 1:00 de la madrugada, Davis empezó a escuchar unas notas de acordeón muy sentidas que provenían de la sala. En medio de la oscuridad se topó con la figura de un niño de aproximadamente 9 años que tenía un sombrero similar a los que compraron en Valledupar, él les reveló un gran secreto: “Gracias por ayudar a mi madre con la compra de sus artesanías. No quiero que su hijo muera envenenado como yo, porque a él también lo picó un animal”, dijo Jones quien confesó que el pequeño espectro se esfumó.
De inmediato llevó a su hijo al hospital, donde le hicieron varios exámenes que revelaron que un alacrán lo había picado, al parecer ocurrió durante sus prácticas en el campo de beisbol.
Jones impactado por lo sucedido volvió a viajar Colombia, junto a su esposa e hijo y le contó todo a Matilde Escorcia, la anciana artesana. Su reacción los dejaría atónitos: “Fue mi hermoso Jacobo quien salvó a su hijo, él quería ser Rey Vallenato, pero un alacrán lo picó en el cuello mientras practicaba con su acordeón en el monte y me mató a mi único niño”.
Actualmente esta familia gringa ayuda a la anciana vendiendo sus artesanías en la ‘Gran Manzana’. “Ella ya es parte de mi familia, en mi tienda tengo una foto de Jacobo con su acordeón, en agradecimiento al espíritu de este niño que salvó a mi hijo revelando su mal mientras tocaba su acordeón”, concluyó.