Entrevista laboral desde el más allá

Alrededor de la calle 30 con carrera 4, en el Suroriente de Barranquilla, existen diferentes empresas que le dan dinámica a este sector. Allí ocurrió un hecho escalofriante que todavía es recordado por los trabajadores de esta organización y por algunos moradores de los barrios Universal y Galán. Se trata de una escabrosa entrevista de trabajo del más allá; quizás muchos al escuchar esto por primera vez sientan asombro o escepticismo, pero en el sector de las grandes empresas de la 30, es una historia verídica que ocurrió el martes 10 de abril de 1990.

Este aterrador hecho pertenece a las leyendas fantasmales ocurridas en las zonas industriales en nuestra costa Caribe.

Según los trabajadores más antiguos de este sector todo empezó cuando una antigua empresa de mármol anunció una vacante para el puesto de contabilidad y secretariado. A este llamado asistieron varias mujeres capacitadas, entre ellas, una singular mujer con aspecto de extranjera que dominaba diferentes idiomas, y que sería un personaje importante dentro de esta enigmática historia.

A las 3:00 p.m. la empresa anunció a las interesadas que empezaría una entrevista de admisión, por lo que las profesionales detrás del puesto esperaron en un pasillo, mientras se preparaban para su primera prueba de trabajo. La mayoría estaban nerviosas, por lo que comenzaron a conversar para calmar la tensión. “Era una entrevista normal como todas las que hacíamos en la empresa, jamás pensamos que se daría este suceso sobrenatural”, recuerda Margarita Ariza, antigua recepcionista de la desaparecida empresa.

Mientras esperaban con ansias, la puerta de la oficina donde se realizaría la entrevista se abrió y el gerente llamó de inmediato a la primera aspirante, después a las siguientes, hasta que entró a la oficina la mujer con rasgos europeos. El gerente empezó a hacerle una serie de preguntas y la mujer detectó un comportamiento extraño, al punto que se levantó y con mirada aterradora abandonó la oficina. Las asistentes que esperaban el resultado la trataron de calmarla junto con la recepcionista, pero en ese momento dijo: “Me tengo que ir”.

Margarita le dijo que debía esperar porque la entrevista no había comenzado, debido a que la gerente tuvo un percance. Al escuchar esto todas las aspirantes se miraron extrañadas. “Recuerdo con escalofrió que me preguntaron entonces quién fue el señor gordo y barbón que les hizo la entrevista”, relata Ariza con miedo.

Agrega que todas se asomaron al cuarto y empezaron a gritar saliendo a toda marcha de la empresa, algunas incluso se desmayaron en los pasillos. Según Margarita muchas decían que no vieron a nadie en la oficina, otras afirmaban que este señor las miró con una sonrisa siniestra levantándose de la silla y no se le veían los pies.

“Eso generó una conmoción en varias empresas, los trabajadores veían a estas mujeres corriendo y llorando porque se les había aparecido el señor Osvaldo, antiguo dueño de la empresa”, relató Torivio Mendoza, antiguo trabajador de la planta marmolera.

“Fue una experiencia horrible y las más aterradora entrevista que he tenido, ese señor me contó que aún después de muerto cuidaba bien qué tipo de personas ingresaban a su empresa”, confiesa Isabel Fadul, la joven de familia europea que descubrió que esa entrevista era hecha por un fantasma desde el más allá.