Hotel Stanley de la película 'El Resplandor'.
Hotel Stanley de la película 'El Resplandor'.Cortesía.
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Hotel que inspiró la película 'El Resplandor' sigue lleno de fantasmas

Se trata del Hotel Stanley, ubicado en Colorado, Estados Unidos, donde el escritor Stephen King se alojó en 1974, para luego escribir su popular libro.

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En 1974, el afamado escritor estadounidense Stephen King se hospedó en la habitación 217 del Hotel Stanley, radicado en Colorado, Estados Unidos, donde tuvo una pesadilla que dio pie a la creación del libro 'El Resplandor', considerado todo un fenómeno literario debido a los temas paranormales que aborda.

Su acogida fue tal que, en 1980, se estrenó una película con el mismo nombre, dirigida por Stanley Kubrick. Durante años, los propietarios del Hotel Stanley han utilizado "El Resplandor" y su trama paranormal como herramienta de marketing. De hecho, el complejo turístico mantiene un médium interno, ofrece recorridos de fantasmas a decenas de miles de visitantes al año y organiza un festival de cine en el que los habitantes del pueblo se disfrazan de zombis y comen "cerebros".

La película de Kubrick se reproduce en las habitaciones del hotel, y el propietario del establecimiento, John W. Cullen, dijo que la historia le había ayudado a convertir el Stanley en una fuente de ingresos económica.

Sin embargo, lo que no se ha incluido en la experiencia es el laberinto de setos que Kubrick utilizó como escenario para el clímax de la película. Sin embargo, generaciones de visitantes reales del Stanley se han sentido decepcionados al descubrir que el laberinto ficticio es solo eso. "La gente siguió buscando el laberinto", dijo Cullen.

Su historia

El Stanley es un complejo de aspecto palaciego construido en 1909 por Freelan Oscar Stanley, un inventor que buscaba atraer a la clase alta del este a las tierras salvajes del oeste. Rápidamente se convirtió en una base para los visitantes del cercano Parque Nacional de las Montañas Rocosas.

Desde entonces, gran cantidad de apariciones fantasmales se han registrado, siendo los mismos huéspedes los encargados de contarlas y acrecentar la popularidad de este enigmático lugar, al punto de ser considerado el hotel más embrujado del mundo.

Las historias de fantasmas aparecieron poco tiempo después de la inauguración. En 1911, Elizabeth Wilson, una de las camareras de piso, se electrocutó durante una tormenta. Aunque no murió, en la habitación donde recibió la descarga, la 217, empezaron a registrarse fenómenos supuestamente paranormales.

Con los años, los huéspedes y el personal se convencieron de que en el hotel pasaban cosas extrañas: desde ropa que salía por arte de magia de la maleta, a elementos que se movían o luces que se encendían solas, y extraños ruidos de niños jugando en un lugar en el que solo había adultos.

En definitiva, lo normal en un edificio gigantesco y medio abandonado en el que todo el mundo se convenció de la existencia de fantasmas. Y, claro está, desde que el hotel atrae a todo tipo de cazafantasmas, no dejan de sucederse los avistamientos. En 2016, el hotel volvió a ser noticia cuando uno de sus huéspedes, Henry Yau, compartió una foto en Instagram en la que puede verse a una extraña mujer subiendo por las escaleras.