La Pascualita o La Chonita es una de las leyendas más conocidas de Centroamérica. Su historia perdura en la actualidad ya que a pesar de que es considerada un maniquí utilizado para promocionar vestidos de novia en Chihuahua (México), hay quienes aseguran que la han visto moverse, llorar o cambiar de expresión.
La historia de este misterioso maniquí se remonta al 25 de marzo de 1930, fecha en que Pascualita Esparza Perales de Pérez, dueña de la tienda de vestidos La Popular, puso en el mostrador un extraño maniquí que de inmediato llamó la atención de todos los que pasaban por el local debido a su belleza. La señora Esparza la bautizó con el nombre de ‘La Chonita’, debido a que afirmaba que esa figura le había llegado procedente de Francia el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, virgen que también es venerada en nuestro país.
Por su porte y figura, ‘La Chonita’ fue considerada por décadas ‘La novia más bonita de Chihuahua’, y alrededor de ella comenzaron a tejerse varios mitos debido a que algunos consideraban se trataba de una mujer disecada.
Sobre su origen la hipótesis que más fuerza toma hace referencia a una hija de doña Pascualita Esparza que falleció el día de su boda después de ser picada por un alacrán que se había escondido en su tiara (tipo de corona).
Consternada, su mamá la embalsamó y la dejó en su negocio para así tenerla siempre junto a ella.
Tras la muerte de Doña Pascualita Esparza en 1967 la tienda tuvo nuevos dueños, pero el maniquí se mantuvo en el local, ante el beneplácito de la sociedad que ya se había acostumbrado a su presencia y dejó de llamarla ‘Chonita’ para ahora ser nombrada popularmente como ‘La Pascualita’.
Esta leyenda hizo que importantes canales de televisión hicieran reportajes y documentales sobre ‘Pascualita’, como Tv Azteca, Televisa, además de canales latinos en Estados Unidos como Univisión y Telemundo.
USADA COMO AGÜERO
Ha sido tanta la fuerte relación que ha establecido el pueblo mexicano con Pascualita, que se dice que la novia que se casa con el vestido que luce este maniquí tiene asegurado un porvenir feliz y sin apuros.
Su popularidad es tan elevada que le abrieron una cuenta en Facebook en las que varios de los 41.737 seguidores la veneran.
Uno de los aspectos que la hace parecer real son sus manos, ya que tiene pliegues, uñas, arrugas en los nudillos y huella digitales, lo cual la distancia mucho de ser una muñeca gigante hecha en cera.
“Tiene un mejor acabado en la cera, sus ojos son de cristal, su pelo y sus pestañas son implantes y su expresión, a diferencia de las de tantos maniquís de mirada inerte, es viva y refleja emociones, cual si estuviese dotada de vida. De hecho muchos aseguran que en las noches cambia su posición y sigue a los transeúntes con la mirada”, explica uno de los vecinos de La Popular.
“Algunos han visto en sus ojos pequeñas venas rojas, varias empleadas renunciaron porque la vieron llorar y moverse, se negaban a vestirla con la última colección porque le aparecían venas verdosas en las piernas que luego desaparecían”, indicó una antigua trabajadora de esta tienda.