Un último grito de ‘güepaje’ le regalaron los integrantes de la cumbiamba El Cañonazo, a su fundador, Luis Altamar De la Vega, quien fue sepultado ayer a las 4:00 p.m. en el Parque Cementerio Jardines de La Paz en la Vía al Mar.
Sin tambores, pero con un grito desgarrador, los miembros de este grupo folclórico despidieron en medio de lágrimas al hombre que dedicó su vida a hacer de la cumbia uno de los ritmos más importantes del Carnaval de Barranquilla.
Altamar De la Vega en 1964 fundó esta cumbiamba insignia del Barrio Abajo que ha conquistado cerca de 40 Congos de Oro en sus 54 años de participar ininterrumpidamente en la fiesta cultural más importante del país.
“Quiero agradecerles a todas las personas que están aquí, los que hicieron parte de la vida de mi abuelo y lo acompañaron a lo largo de su vida. En nombre de la familia Altamar y la cumbiamba El Cañonazo muchísimas gracias por hacer parte de este momento”, comentó en medio de lágrimas Nuribeth Altamar, actual capitana de la cumbiamba y nieta de Altamar De La Vega quien este año conquistó su primer título por fuera de la ciudad, al quedarse con el primer puesto como Mejor Cumbiamba Foránea en el Festival Nacional del Pito Atravesa’o en Morroa (Sucre).
“Ese fue uno de sus sueños que la cumbiamba creciera y se diera a conocer por otros departamentos, y por eso este año nos propusimos como meta comenzar a participar en este tipo de certámenes”, indicó Nuribeth mientras miraba el féretro de su abuelo que tenía una bandera con fondo amarillo y la palabra ‘El cañonazo’ en rojiblanco.
Cabe anotar que Luis Altamar falleció a las 10:00 a.m. de este martes en la Clínica Medrano debido a una fuerte afección pulmonar derivada de su adicción al cigarrillo.
Su legado queda en manos de su hijo Rafael, quien fue Rey Momo del Carnaval en el 2010 y desde 1983 dirige esta cumbiamba. Por su parte, la actual soberana de las fiestas del dios Momo, Carolina Segebre, por medio de Twitter le envió sus condolencias a los familiares de Altamar.
“La sonrisa de Don Luis reflejaba su amor por el Carnaval. Deja un vacío muy grande, pero también un legado de oro: la Cumbiamba El Cañonazo. Te recordaremos”.