El papa Francisco expresó vergüenza por dejar a las jóvenes generaciones un mundo fracturado por las divisiones y las guerras, en ocasión de una oración pronunciada al término de la ceremonia del Vía Crucis delante del Coliseo de Roma.
“Nuestras generaciones están dejando a los jóvenes un mundo fracturado por las divisiones y las guerras, un mundo devorado por el egoísmo en el que los jóvenes, los niños, los enfermos, los ancianos son marginados”, lamentó el Sumo Pontífice.
Reagrupados alrededor del inmenso anfiteatro, luego de pasar estrictos controles de seguridad, unas 20 mil personas, muchos con velas en las manos, siguieron antes en silencio la ceremonia nocturna del Vía Crucis, que revive las diferentes etapas del calvario de Jesús desde su condena a muerte hasta su crucifixión y sepultura.
Los que cargaron una larga cruz gris — muchos jóvenes entre ellos una niña en silla de ruedas—, se relegaron caminando en el fondo del Coliseo primero y luego en el exterior del anfiteatro.
El Papa quiso dedicar el año a los jóvenes, cuyas preocupaciones estarán en el centro de un sínodo (reunión de obispos del mundo entero) en octubre próximo.
El nuevo siglo ha sido una dedicatoria de atención juvenil por parte de la Iglesia católica, pero solo en el último lustro esta intención cobró una fuerza jamás pensada, tanto que el mismísimo papa Francisco pidió entenderlos inclusive en temas que en el pasado fueron tabúes.
PROSTITUTAS Y TATUAJES
En los últimos días Francisco conversó con franqueza en el Vaticano con unos 300 jóvenes de todo el mundo sobre temas tabú, y llegó a tildar al cliente de las prostitutas de criminal al ser interrogado sobre ese fenómeno.
“La trata de personas es un crimen contra la humanidad y servirse de mujeres es un crimen. Si un joven tiene esa costumbre que la deje. Porque se convierte en un criminal. No es hacer el amor, es torturar a una mujer”, dijo al responder a una chica africana víctima de la prostitución.
“Es la esclavitud del presente. Aquí en Italia, hay que decirlo, el 90% de los clientes son bautizados, católicos. Y son muchos”, comentó.
Francisco insitó a los jóvenes a que “hablen con franqueza y con total libertad”, y respondió en ocasiones con bromas a las preguntas cursadas por cinco jóvenes de culturas, países y hasta religiones distintas y provenientes de situaciones delicadas como la cárcel o la dependencia a las drogas.
“La cultura actual idolatra a los jóvenes, pero los margina”, reconoció el Pontífice argentino, cuyo papado cumple este mes cinco años. “Necesitamos jóvenes profetas”, pidió.
Durante el encuentro el Papa reconoció que quedó muy sorprendido por los correos que recibe en los que los jóvenes confiesan que necesitan la ayuda de adultos. “Con frecuencia se habla de los jóvenes sin preguntarles. Incluso los mejores análisis sobre el mundo juvenil, aún siendo útiles, no sustituyen la necesidad del encuentro cara a cara”, afirmó.
“Muy a menudo se deja solos a los jóvenes que tienen que mendigar empleos que no garantizan un mañana”, recalcó al hablar del desempleo, de los suicidios, de la soledad que viven y hasta de los tatuajes.
El Papa explicó luego que, cuando uno se encuentra con un joven que tiene un tatuaje, puede tomar este elemento para iniciar un diálogo y conocerlo mejor. “El tatuaje indica pertenencia. Tú, muchacho, que estás tatuado o tatuada así, ¿qué cosa buscas? ¿En este tatuaje, a qué pertenencia te refieres? Y comenzar a dialogar con esto y de allí se llega a la cultura del joven”, dijo el Pontífice.
JÓVENES CON IDEALES POLÍTICOS
El pasado Domingo de Ramos, el papa Francisco lanzó un vibrante llamado a los jóvenes para que se resistan ante aquellos que quieren hacerles callar, un día después de las masivas manifestaciones contra las armas en Estados Unidos.
“Silenciar a los jóvenes es una tentación que siempre existió”, dijo el Papa. “Hay muchas maneras de hacer que los jóvenes sean silenciosos e invisibles para que no se interroguen y no cuestionen”.
Jorge Bergoglio recordó entonces unas palabras de Jesús sobre discípulos que eran ruidosos y exuberantes. “Si ellos se callan, las piedras gritarán”.
Dijo Francisco: “Queridos jóvenes les corresponde a ustedes decidir. Si los demás se callan, si nosotros, los mayores y los responsables, muy a menudo corruptos, somos silenciosos, si el mundo se calla y pierde la alegría, les pido: ustedes ¿van a gritar? Por favor, por favor, decídanse antes de que las piedras griten”.