ESPECIAL | Así fue la vida de Freddie Mercury: el revolucionario del rock

Conocido como el más melodra­mático de todos los rockeros en la historia, y el inventor del Stadium Rock, Freddie Mer­cury, el artista Pop Rock de las multitudes, siempre se sintió mejor y en su salsa en los conciertos que pa­saran de más de 100.000 fans. Revo­lucionó todos los estilos musicales, todos los géneros y las maneras de actuar y de vestir cuando estaba en el escenario. Muchos de sus temas fueron atrevidas combinaciones mu­sicales entre el rock y la ópera, y se convirtieron en geniales clásicos de todos los tiempos de la música rock.

Farrokh Bulsar, su nombre de pi­la, nació en la isla Zanzibar, hoy Tan­zania (África), el 5 de septiembre de 1946 cuando esta era una colonia bri­tánica en el llamado continente ne­gro. Para ese entonces su padre, Bo­mi, trabajaba como cajero para la oficina colonial británica; y su madre, Jer Bulsara, se dedicaba al hogar.

La familia era de origen persa, Freddie tenía una hermana menor de nombre Kashmira. Todos practi­caban el culto a Zoroastro, considera­do por muchos como el primer profe­ta de la historia. Desde muy niño sus padres decidieron enviarlo a la India y lo matricularon en el Saint Peter School, internado británico infantil en la ciudad de Panchgony, cer­ca de Bombay (India).

Desde los 8 años comenzó a tomar clases de piano por su­gerencia de un profesor del instituto Saint Peter, quien le observó sus cualidades y sensibilidad para la mú­sica. Su primer grupo de rock o antecedentes musicales da­tan de la creación de la banda de rock and roll que llamó Hectics, conformada por estudiantes ingleses que tocaban en las fiestas del colegio Saint Pe­ter; al igual que Paul Mc­Cartney y George Ha­rrison de los Beatles, lo hicieron en el Cole­gio Quarry de Liver­pool creando el gru­po The Quarry Men. En Hectics Freddie Mercury fungía como pianista acompa­ñado de Derry Branche, Bruce Murray, Farang Irany, y Victory Rana. Sus primeras influencias fueron místicas hindúes.

Nadie sabe a ciencia cier­ta por qué razón Farrokh, comenzó a autollamarse Freddie.

SU LLEGADA A INGLATERRA

A los 17 años Freddie y su fami­lia huyen de Zan­zibar por razones de seguridad, a raíz de una sangrienta revolución independentista.

Se establecen en Felt Ham Midlesex (Inglaterra), y en esa ciudad se inscri­be y se diploma en Arte y Diseño Grá­fico en el Ealing Art College.

Para entonces Freddie Mercury ya había cambiado su apellido, y deam­bulaba por la ciudad con su diploma debajo del brazo buscando como ga­narse la vida. Llegó a vender ropa de segunda mano y pinturas en la plaza de mercado de la ciudad de Kensing­ton, y también trabajó en oficios varios en el aeropuerto de Heathrow.

Junto a Tim Sataffel, de la Escue­la Ealing, fundaron el grupo Smile, de muy corta vida.

Más tarde Mercury se unió al grupo Ibex, que se trasladó a Londres. En es­ta aventura musical tampoco duro mu­cho, pues no tuvieron acogida.

En agosto de 1969 Freddie debuta en público junto al trío que conformaban Mike Bersin, John Tupp Taylor y Mick Miffer Smith. Después de esa expe­riencia que le resultó fallida, se unió al grupo Sour Milk Sea, con los que se contactó por un aviso del diario de fa­rándula Melody Maker2, en el que bus­caban a un vocalista.

Luego el grupo Smile volvió a cruzar­se en su camino junto a su amigo Tim Staffel. Freddie insistió en cambiar­le el nombre a la banda y la rebautizó como Queen.

Igualmente creó el mundialmente famoso logotipo del grupo: los cuatro signos del zodiaco de los miembros de la banda y el ave Fénix en el fondo, que combinado a sus extravagantes y úni­cas vestimentas dejaron su sello eter­no para la posteridad.

El grupo Queen vendió más de 300 millones de álbumes alrededor del mundo.

Freddie Mercury también fue exito­so como solista con CBS Mr, Bad Guy (Mal tipo) How can I goon (Como Pue­do continuar).

Algunos sostienen que Freddie Mer­cury ha sido la superestrella del rock más teatral de la historia, y figura de­safiante y carismática como ninguna.

El periodista Sean O’ Hagan del The Guardian afirmó: “Hay una cosa en la que todo el mundo parece estar de acuerdo, nunca hubo un solo Freddie Mercury”.

SU HOMOSEXUALIDAD

Siempre tuvo una extraña y com­pleja relación con su sexualidad, fue unos de los íconos homosexuales del rock de los 80.

Mantuvo relaciones con personas de su mismo sexo durante toda su vi­da, pero paradójicamente tuvo un gran amor mujer, Mary Austin, con la que convivió seis años. A ella le dejó la ma­yor parte de su fortuna y derechos de autor, incluyendo el tema Love of my life (Amor de mi vida), que le dedicó.

Sus singulares fiestas tuvieron fa­ma mundial, compuso y grabó con la soprano catalana Monserrat Caballet el himno de la Olimpiadas de Barce­lona de 1992, y el emblemático Himno de la Champions Lea­gue We are the champions.

También éxitos mundiales como Living on my own (Viviendo a mi ma­nera) I was Born to love you (Nací pa­ra amarte) The Golden Boy (El chico dorado), Made in Heaven (Hecho en el cielo).

Una de sus más famosas canciones Bohemian Rapsody fue en realidad una canción autobiográfica se­gún una de sus biógrafas.

En la canción descifraba a un hombre que Freddie Mer­cury mataba como su yo hetero­sexual, y “señalaba a una silueta en tacones” como su nuevo yo.

Grabó con sellos como Columbia, EMI, Polydor, ABS, entre otros.

Una de sus fantasías favoritas era la de creerse la actriz estadinense Kim Novac, y utilizaba ese nom­bre en los hoteles en que se bajaba cuando iba de gira, en los que solía utilizar un piano como cabecera de cama.

Una noche en Londres disfrazó a la princesa Diana Spencer, su ami­ga personal, como un modelo mas­culino gay excéntricamente vesti­do, y se fueron a bailar juntos.

El 21 de noviembre de 1991, que sería la víspera de su muerte, fue que le confesó al mundo que estaba infectado por el sida.

Fue sepultado bajo los ritos de la creencia Zoroastro en ceremonia privada en Kensal Green, cemente­rio londinense en Kessington, don­de Mary Austin le puso una lápida que dice: “Para estar siempre cerca de ti con todo mi amor M.”.

Freddie Mercury solía expresar: “Cada uno en la vida tiene su ca­mino y lleva su equipaje, por eso no me importa vivir mañana, he vivido en toda la extensión de la palabra”.