En el trenzado de la caña flecha no solo se esconde el don de unas manos prodigiosas para tejer, sino también los años de aprendizaje que guardan la historia de una generación.
En las artesanías que hoy crean en la comunidad indígena La Isla, en el municipio de Sampués, queda plasmada la riqueza artística de un pueblo que expresa su legado a través de piezas artesanales.
Hoy buscan a través de su admirable labor que sus bolsos, estolas, monederos y demás suvenires se conozca lo autóctono de un pueblo. En esto el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) se ha encargado de perfeccionar su tradición.
Lenis Parra, habitante del cabildo, dijo que desde los 7 años empezó a moldear sus manos para trenzar, su don que se lo debe a su mamá quien se dedicaba a esta labor.
“Yo empecé con el onceno, el quinceano y el diecinueve que es uno de los más difíciles, pero uno viendo aprende y mejora la técnica. Yo me hago de 12 a 15 metros de trenza en un día. Las adultas se hacen a veces 20 porque se dedican todo el día”.
Indicó que desde que el Sena llegó hasta su comunidad esta elaboración de artesanías se hace grupal, ya que mientras una se dedica al trenzado, otra tiene la misión de poner el cierre y así las cosas se hacen más rápidas.
El salón de clases que se convierte a la vez en el taller de confección es de una hermana de Lenis, que gracias al espacio que tienen han logrado sacarle punta.
Precios cómodos
En el tema de los bolsos en caña flecha el más barato es el manos libres que cuesta 8 mil y el más caro 60, son la artesanía más comercial por los tejidos y acabados.
España, Inglaterra y Estados Unidos son algunos de los países que les han hecho pedidos de sus productos.
El progreso ha sido muy importante a partir de la formación del Sena, lo reconocen porque “lastimosamente si no tienes experiencia o un cartón no tienes casi oportunidad de empleo”. Asimismo aprendieron que su labor más que un valor monetario tiene un valor ancestral
A su turno, Yarledis Parra, líder del Cabildo Menor, indicó que les está resultando hacer mejor las estolas porque gastan menos tiempo y las venden entre 90 mil y 130 mil pesos, de acuerdo la caña flecha utilizada.
Para obtener la caña flecha primero se debe cortar la caña flecha en el cultivo, luego rasparla, esto consiste en quitar toda la concha que cubre la flecha, paso siguiente es ripiarla, echarla en barro de teñir por dos días y cocinar con vieja (limpiadiente) hasta que dé el color deseado.
Después que tengan los materiales completos un bolso lo hacen en un día y una estola, en tres horas.
Precisó que hay varios tipos de caña flecha como la de once, quinceano, diecinueve, veintiuno, veintisiete y veintinueve.
La más barata es la de once, el metro tiene un valor de $500 pesos y las más cara son el de 27, 28 hasta 31 pies, cada metro tiene un valor estimado entre $ 1.500 y $ 2.500.
Este cultivo lo tienen en un trabajo comunitario, pero un poco retirado de La Isla, debido a que es de tierra húmeda. “Una manito tiene el valor de $5.000 y da 16 metros de once.
Para ella todos estos son conocimiento ancestrales y que sus abuelas les han dejado este legado. “La verdad desde la edad de seis años ya nuestras madres nos van inculcando este saber porque lo han aprendido de las abuelas. Aunque algunas ya están en el cielo aún aplicamos sus saberes y lo seguiremos haciendo de generación en generación”.
Por su parte Arleth Patricia Osorio Herrera, instructora del Sena que orientó la parte técnica de artesanías en caña flecha, dijo que con el proyecto formativo en la comunidad indígena de La Isla del municipio de Sampúes, se beneficiaron 30 familia, gracias a un convenio que hizo el Sena con la Iglesia Colombiana Metodista y con la Cooperación Internacional de Inglaterra que son los que están apoyando con el capital semilla, es decir, la maquinaria y la formación.
“Todo inició debido a que la Iglesia tiene una sede en dicho cabildo. Ellos vieron todo el trabajo que los artesanos hacen para elaborar el tejido de la caña flecha, también observaron que se paga a muy bajo costo y que el intermediario es quien termina quedándose con el trabajo de los artesanos. Para remediar esta situación le solicitaron al Sena un proyecto de formación de capacitación en la parte de elaboración de producto, puesto que no sabían cómo elaborar el producto, entonces la Cooperación Internacional de Inglaterra empezó a apoyar con la maquinaria industrial y el Sena apoya con la formación técnica a través del proyecto formativo Sena emprende rural que tiene dos componentes: la parte técnica y la empresarial”, agregó la instructora.
Afirmó que los artesanos no sabían elaborar el producto, solo elaboraban el tejido de la caña flecha y vendían el metro a muy bajo costo, es allí donde entra el Sena a capacitarlos en el componente técnico como la elaboración del producto y su comercialización.
El objetivo es que aprendieran a sacar los costos para que sepan a qué precio pueden vender cada producto.