Juan Manuel Ceruto se dio a conocer como integrante del grupo Opus 13, que fuera la continuación de un proyecto iniciado en la Escuela Nacional de Arte y que ya para 1978 comenzaría a ser noticia. En 1979, la banda que fundó el violinista Joaquín Betancourt, tiene un momento de especial relieve en su historia.
Participa en el Segundo Festival para Agrupaciones de Música Popular, auspiciado por la UNEAC. En el certamen, de corte competitivo, Opus 13 es uno de los ensambles galardonados. Por ese período, la propuesta del colectivo en que figuraba Ceruto tenía que ver con la renovación que para la música cubana había significado la aparición en 1973 de la macro banda Irakere.
Ya entrada la década de los 80, el trabajo del ensamble se orientó con mayor fuerza hacia la música de corte bailable y poco a poco, el material de índole jazzístico fue quedando relegado a un segundo plano. Sin embargo, de dicho momento se registraron temas antologables como Ana Elena, una estupenda canción de amor con ecos de la balada y algo de rock.
Tiempo después, con la entrada al colectivo de Paulo Fernández, como vocalista principal, la intención concertista se abandonó por completo y el equipo se integró a la corriente de la timba. El fin de lo que un día fue una de las mejores bandas del país ya estaba decretado y a nadie sorprendió cuando se produjo el anuncio de que Opus 13 desaparecía para dar paso a Paulo F.G. y su Élite.
Uno de los encargados a partir de entonces de realizar las orquestaciones para el que se dio en llamar “el sofocador de la salsa” fue justamente Juan Manuel Ceruto. Empero, los intereses del instrumentista no se limitaban al quehacer con un grupo de moda y por eso, se vio inmerso en otros proyectos, como el homenaje que varios salseros le rindieran a Juan Formell. ¡Gracias, Formell! Fue el título del proyecto encabezado por el saxofonista y flautista Juan Manuel Ceruto, quien tuvo el tino de asumir los temas del material desde su propia perspectiva, con lo que las distintas piezas de Juan Formell aquí agrupadas adquieren otra personalidad. Meritorio resulta el hecho de que cada corte del disco se aviene a las particulares características del cantante que lo interpreta.
La experiencia como productor de disímiles discos lo animó en un momento dado a comenzar una carrera como músico independiente. Su nombre se vinculó tanto a materiales de jazz, como a otros realizados por cantautores, como por ejemplo el interesante disco Momentos, de Gerardo Alfonso.
Aunque Juan Manuel ha estado involucrado en numerosas producciones discográficas, paradójicamente A Puerto Padre (2002) es el primer álbum que como tal aparece acreditado a su nombre.
En 2006, Ceruto puso su sello a la banda sonora del largometraje El Benny que es un acercamiento a la controvertida vida de Benny Moré. La cinta fue ganadora del Premio Caracol a la Mejor Fotografía, Mejor Edición, Mejor Dirección de Arte, y Mejor Banda Sonora en el Festival Nacional UNEAC de Cine, Radio y Televisión, Cuba.
Otro exitoso proyecto producido por Ceruto es el disco Diez lindas cubanas, que recoge un puñado de temas cubanos compuestos hace más de 100 años. Este jueves a las 4:00 p.m. el público podrá escucharlo en el conversatorio ‘Nuevas sonoridades en la música cubana que se cumplirá en la Galeria Plaza de La Paz.
Este viernes a las 8:00 p.m. en el Salón Jumbo del Country Club, Ceruto acompañará con su orquesta las presentaciones de Tony Vega, El Canario y Aymee Nuviola, y en el show de clausura hará lo propio en la Plaza de La Paz este domingo.