La conexión Congo-París-Caribe colombiano, cada día se hace más fuerte, y es precisamente la popularidad del Soukous en nuestra región la mejor manera de comprobarlo. A pesar que de este lado del Atlántico no existían sellos especializados en el género, osados aventureros se embarcaron en un periplo por las capitales discográficas del mundo en busca de los más apetecidos vinilos y exóticas sonoridades, que hoy los verbeneros reclaman como propias.
El Suoukous no se impuso por ser música extranjera. Su base rítmica, que es una evolución de la Rumba, llegó con nueva cadencia y energía y logró que no fuera una moda pasajera.
En 1992 tres amigos apasionados por el sonido Lingala se dieron a la tarea de traer desde París discos de este género, con el objetivo de distribuirlos en las diferentes tornamesas móviles y su legión de seguidores.
Eran Humberto Castillo, Hernán Ahumada y Wilfrido ‘Pilo’ Hincapié, quienes viajaron a la ‘Ciudad Luz’ para conseguir esta música que en África había trascendido las fronteras geográficas y étnicas. Ese mismo año el legendario cantante Lutchiana Mobulu había debutado como solista con su álbum Foulale, que se constituyó en un catalizador del Soukous en el Caribe colombiano.
Unos años antes Luthtiana había hecho su entrada triunfal en nuestro medio con el tema Eki, en el que Mobulu es uno de los cantantes principales de la magistral agrupación Empire Bakuba, para su álbum Malata de 1989.
El Serrucho fue el piconema de la canción, ícono del Festival de Música del Caribe en Cartagena. Un súper clásico.
El estilo exquisito de la ‘Cobra Africana’, como lo llaman, lo hicieron protagonista en la evolución del Soukous a mediados de los 90, aportándole efectos con el sintetizador. En Ma We utiliza efectos de sonido que hacen que el bailador sienta la impresión de ser abducidos, además incorpora sonidos de cristales rotos, por lo que Pilo lo bautizó en nuestra tierra como La Porcelana. Sus trabajos históricamente han sido apetecidos por coleccionistas y dueños de picós, lo que lo convierte en uno de los artistas de culto. Ha usado curiosos nombres como Lutchiana 100% o la Cobra de Sundama.
Castillo, Ahumada y Pilo regresaron a Colombia con 20 unidades del LP Foulale, que compraron en la tienda Afro Disc de José Seijo en Paris, y comenzaron a programarlo en varios picós. Posteriormente lo pegaron en las emisoras. Era la época de las video-maxitecas, según recuerda Ahumada.
Picós como Los Melódicos, El Gran Torres, El Fidel, El Junior, El Timba y El Solista, hacían su agosto rumbero en los pueblos de la costa.
El LP, del que luego llegaron 100 unidades más, fue producido para Colombia por Discos Pilo en pleno mercado de Bazurto (Cartagena).
De especial memoria para los bailadores fueron los bailes de El Rey de Rocha, que prácticamente lo estrenó en el ‘Corralito de Piedra’. “Chawala lo repetía hasta 10 veces y le hizo placa, confirmándolo así como un Dj pegador de temas. Siempre le daba mucha ‘carrucha’ a los temas, era su estilo”, indicó Pilo.
Ma We en su lengua original (Lingala) traduce tristeza, pero una tristeza que da paso al goce, por esta razón los bailadores levantan sus manos, cierran sus ojos y se dejan llevar en un nave piloteada por la cobra cada vez que suena este auténtico clásico verbenero.