Julio César Luna es un referente en varios campos artísticos, es actor, director, guionista, de vez en cuando se le mide al canto y su voz es conocida por todos los colombianos, ya que esta de cierta forma los acompañaba a volar.
Desde hace 6 años estuvo alejado de la actuación, pero en los últimos días ha estado en Barranquilla para grabar una serie llamada Breicok, que se emitirá el próximo año por Telecaribe. Durante todo ese tiempo se ha dedicado a dirigir, escribir, hacer locuciones, entre otras actividades, mismas por las que se considera un “hombre orquesta”.
En octubre Julio César fue noticia por extenderle la mano al también actor y director Kepa Amuchastegui, quien a través de su perfil de LinkedIn publicó que estaba buscando empleo, ya que en las producciones televisivas no lo tenían mucho en cuenta.
“Kepa estaba sin trabajo y montó un anuncio. Pensé en que podía ser que pasara eso, que semejante director y un hombre de trabajo de televisión, cine y teatro estuviera sin trabajo, entonces le propuse codirigir conmigo”. Luna indica que lo hizo “con mucho gusto”, no vio problemas en eso y además consideró que era un gran aporte para su trabajo.
El artista de 78 años es enfático en que el mercado le ha mostrado que “la gente cuando llega a cierta edad es desechada como si fuese un fósforo gastado” y considera que esta es una situación horrible.
Confiesa que le molesta la actitud que toman algunos ejecutivos del mundo de la televisión porque no tienen en cuenta que un artista tiene ingenio hasta el último día de su vida.
“Un artista no deja de pensar ni de tener creatividad, sino hasta que se muere. Imagínese los mejores artistas del mundo, por ejemplo Chaplin, Picasso o Buñuel, sus mejores obras las hicieron después de los setenta años”.
Para él, sería interesante que se estudiara el ejemplo de los orientales en el que a la gente mayor se le tiene como consejera de las grandes empresas y reitera que en Colombia no pasa eso, y que después de los 40 y 50 años ya a los artistas se les considera muy viejos.
Afirma con vehemencia que los canales privados contratan a personas que no tienen conocimiento del medio y cuestiona, precisamente, que sean ellos quienes tomen las decisiones. Además pone en manifiesto lo que considera una “rosca” en dichas empresas de las que revela que hace más de una década lo vetaron por negarse a dirigir narconovelas.
“Hace 12 años estoy vetado de los canales privados a raíz de que no quise dirigir narconovelas. Me parecen un atentado contra la niñez y la juventud. A ellas les debemos la mala imagen que tenemos en el exterior”, afirma el colomboargentino.
Reitera que este tipo de producciones las pasan con la excusa de que es historia y hay que contarla para no repetirla, pero que “con ese pretexto pendejo nos meten ese tipo de narconovelas, eso es crónica roja, lo que están haciendo es reproducirla porque todavía existe, todavía no se ha superado y está latente, eso no es historia”, lo dice con un tono de indignación.
Considera, a título personal, que en este momento en la televisión colombiana que se consume de forma masiva no hay al aire nada que se destaque y afirma que desde hace 12 años no ve por este medio una buena producción nacional. “Me gustó algo de Las Hermanitas Calle, Los Reyes, Hasta que la plata nos separe y el boom de Yo soy Betty la fea, pero después de eso no veo, a mi gusto, una producción bien hecha”.
Una de las aristas que se desprenden de lo que supone son malas decisiones de los canales privados es la contratación de una gran cantidad de nuevas personas que ejercen la actuación que no están preparados para hacerlo.
“En la actualidad hay una gran cantidad de actores naturales, tan malitos. Tal vez tienen el talento, pero si no se preparan ni estudian les dicen chao porque son flor de un día, suben como palmeras y caen como cocos”.
Concluye en que para competir en el exterior con producciones nacionales se debe ofrecer calidad e innovación. Para él, de esta forma Colombia estará nuevamente en la palestra de buenos contenidos de orden internacional y saldrá rápido del “aluvión de malas producciones”.
“Ahora se les olvidó la calidad, empezaron a hacer fábrica de chorizos, a contratar a gente que no es profesional en su mayor parte”. Por último considera que los canales regionales y las plataformas de streaming son el futuro para quienes quieren trabajar en producciones de buen nivel.