Desde Cevillar hasta el parque Suri Salcedo, una travesía en Transmetro para seguir aferrado a su sueño: la selección Colombia de baloncesto en silla de ruedas.
A los 10 años de edad, David Calvo, barranquillero nacido el 14 de junio de 2004, tuvo un accidente en una bicicleta que le afectó la movilidad. A partir de allí su fortaleza mental, respaldada con el deporte, le ha servido para convertirse en un hombre sin límites.
Antes de su infortunio practicaba baloncesto en el colegio Codiba y la pasión por la pelota naranja nunca ha dejado de brotar en su piel. Si bien pasó por el tenis y por el lanzamiento de bala en el atletismo cuando ya estaba sentado en una silla de ruedas, David no pudo olvidar las canastas y los triples.
“El baloncesto me transmite alegría y el pensamiento de que a pesar de mi condición, uno puede llegar lejos. Uno no tiene limitaciones, solo están en el cerebro. Uno puede llegar muy lejos así tenga la condición que tenga”, expresa el joven en diálogo con AL DÍA.
Trasladarse hacia el estadio Metropolitano Roberto Meléndez y la falta de cultura ciudadana en el transporte masivo, alejaron a David del atletismo.
“Me gustaba el lanzamiento de bala. Cuando me dijeron que en el estadio hacían terapias deportivas y todo lo demás me puse contento, pero lo difícil para llegar al estadio y los horarios, me hicieron tomar la decisión de no regresar”, rememora.
En Cartagena, en el mes de diciembre, David asistió a sus primeros Juegos Paranacionales. Pese a que su delegación no le fue muy bien en cuanto a resultados, David se centra en las enseñanzas que le quedaron impregnadas en su mente.
“A mi equipo no le fue muy bien, pero yo siempre trato de concentrarme en las cosas que aprendo y creo que en ese torneo, al ser mi primero, aprendí muchas cosas para poner en práctica”.
Este año ingresa a décimo grado en el colegio Gabriel García Márquez. Luego de un torneo interclubes en Cúcuta, disputado hace dos años, entró a hacer parte de la selección Atlántico de baloncesto no convencional y desde ese momento no ha dejado de representar a su bandera.
David, que cumple labores defensivas sobre el maderamen, juega para el club Halcones y admira al canadiense Patrick Anderson, leyenda de este deporte a nivel universal.
Al igual que Anderson, David quiere “representar a Colombia a nivel mundial”. Ese es su sueño a largo plaza, mientras, a corto o mediano, quiere cambiar su silla de ruedas porque la que tiene “no está en buenas condiciones ni a su medida”.