Momento de refrigeración de Colombia durante el juego
Momento de refrigeración de Colombia durante el juego Josefina Villarreal
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El calor de Barranquilla, un aliado importante de Colombia

Argentina sintió, de principio a fin, la fuerte temperatura de la ciudad y se vio debilitado. El jugador número 12 también aportó su ‘granito de arena’ en el triunfo colombiano.

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El calor y la humedad de Barranquilla y el jugador ‘número 12’ hicieron, indudablemente, su trabajo en el triunfo de Colombia 2-1 sobre Argentina.

Si algo sintió Argentina en ‘el Metro’ fue ese calor ambiental y humano que caracteriza a este escenario en días como el de ayer.

La temperatura fue cambiante. De una leve llovizna pasamos a un intenso sol. Esa combinación ‘mortal’ prendió la caldera, que se sintió con mucha fuerza en los primeros 45 minutos.

Antes del partido Rodrigo De Paul y Leandro Paredes, en su acostumbrada caminata al campo en son de cábala, tentaron el ambiente, recibiendo de frente los 35 grados y el sol inclemente. Los dos jugadores trataban de refrescarse con la camiseta, pero fue imposible. Duraron unos minutos y con las mismas se fueron al vestuario.

Ya en el partido, se vio a un equipo Argentino lento, apagado, tocado, que esperaba la propuesta del local, sin desgastarse mucho.

El gol de Yerson Mosquera los obligó a hacer un esfuerzo más, y ahí se empezó a ver a varios jugadores gauchos haciendo ‘jarra’ en cada parón que tenía el partido.

Pausa que había, pausa que cualquier jugador de ‘la Albiceleste’ aprovechaba para refrescarse ante la fuerte temperatura, que estuvo acompañada por el calor humano en las tribunas, donde el hincha tricolor no se cansó de apoyar, en las buenas y en las malas.

En la segunda parte la temperatura refrescó un poco y eso permitió que se jugara con un ‘cambio’ mayor por parte de ambos equipos.

El gol de Nico González y el tanto de penal de James Rodríguez prendió un partido medio apagado, dejando emociones de lado y lado, pero a un solo perdedor en cancha, una Argentina, que si bien tuvo una reacción instintiva en la segunda parte —tras el ingreso de Mac Allister— no veía la hora de que se acabara el partido e irse de Barranquilla.

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