Los tenistas colombianos Juan Sebastián Cabal y Robert Farah hicieron historia el sábado levantando el trofeo de dobles en el torneo británico de Wimbledon, donde se impusieron en la final a los franceses Nicolas Mahut y Edouard Roger-Vasselin.
Fue un partido apoteósico, de cinco horas y en cinco sets, los cuatro primeros con un tie-break.
Y la primera pareja de Colombia que jamás haya llegado a una final sobre la hierba del All England Club londinense acabó imponiéndose por 6-7 (5/7), 7-6 (7/5), 7-6 (8/6), 6-7 (5/7) y 6-3 cuando ya caía la noche.
Cabal y Farah, que partían como segundos cabezas de serie, obtenían así, con 33 y 32 años respectivamente, su primer título de Grand Slam.
Pero la proeza no fue fácil.
Mahut, que ya había ganado en 2016 formando pareja con otro francés, Pierre-Hugues Herbert -quien este año disputó los dobles junto a Andy Murray-, buscaba su segundo Wimbledon.
Él y Roger-Vasselin eran 11º favoritos y presentaron una muy dura batalla a los colombianos, cuyo buen humor durante el torneo les había valido la simpatía del público.
Pese a salvar tres puntos de set en el primero, los colombianos acabaron perdiéndolo. Pero se mostraron muy sólidos en los dos siguientes.
Los nervios estaban a flor de piel, en la red los franceses chocaban con el muro levantado por el tenista de Cali y su compañero nacido en Canadá. Pero a Farah y Cabal se les escapaban los golpes profundos y no lograban quebrar el servicio de los franceses.
Una bola a favor de los colombianos, cantada inicialmente como falta, en el tercer tie-break hizo estallar la ira de Mahut, que mantuvo un tenso enfrentamiento con el juez, al que acusó de haber cometido un "grave error".
Los franceses abandonaron la pista y a su retorno parecían determinados a llevarse el partido en la cuarta manga.
Quebraron el servicio de los colombianos, pero sus esperanzas duraron muy poco, porque estos les pagaron inmediatamente con la misma moneda, aunque los galos lograron apuntarse el desempate.
En el quinto set, con el techo retractable ya desplegado sobre la pista central por falta de luz, una rotura de servicio en el octavo juego sentenció la histórica victoria para Colombia.