Las falencias quedaron en evidencia. Esta vez Junior no pudo tapar con un buen resultado su flojo desempeño colectivo. El Deportivo Cali,
que sí luce sólido grupalmente, desnudó sus defectos y se impuso 2-1 con goles de Marco Pérez, a los minutos 64 y 77.
Fabián Sambueza había convertido el empate parcial, a los 66. Pero solo fue un espejismo. Los Tiburones anduvieron en un desierto de ideas y claridad que Luis Amaranto Perea hizo más difícil con
cambios desatinados como la salida de Fredy Hinestroza, que era uno de los hombres más importantes del local.
El visitante, que tenía 13 años sin ganar en Barranquilla, fue superior y nítido en su idea de juego.
Junior sufrió el primer tiempo. Ofensivamente no se encontraba y su rival se apoderó por largos tramos del balón.
Fabián Sambueza, Teófilo Gutiérrez y Miguel Borja sucumbieron ante la exigente marca del Deportivo Cali.
Carlos Robles y Jhojan Valencia presionaban como pirañas y mordisqueaban los guayos locales ante cada acción.
Con ese dique en la mitad, Hernán Menosse y Jorge Arias respiraban tranquilos en la zona posterior.
Solo Fredy Hinestroza, con su gambeta, atrevimiento, velocidad y buen remate, les dio dolores de cabeza a los visitantes.
Hinestroza, que esta vez jugó en su posición natural, extremo izquierdo, no como lateral, fue el jugador más incisivo de los Tiburones,
siempre picando, desmarcándose e intentando descorchar el marcador. Lo pudo hacer en tres remates que contaron con buena potencia, pero no con la ubicación ideal.
En la sintonía de Hinestroza estaban Fabián Ángel y, sobre todo, Juan David Rodríguez, mostrándose permanentemente como un punto de apoyo para elaborar jugadas, aunque no había la cohesión y la chispa necesarias para adueñarse del esférico y someter a un adversario duro y amenazante.
Cali no vino a atrincherarse en su área y salió a tutear a Junior, sin reverencias, sin prevenciones desmedidas.
La escuadra dirigida por Alfredo Arias confiaba en sus atributos y entró a la cancha con la clara intención de exponerlos. Con esa altivez, encaró a Junior y le fabricó varias opciones de gol teniendo a Jhon Vásquez y Andrés Arroyo como principales impulsores.
Los dos trataron de explotar las ventajas que podía brindar Fabián Viáfara jugando como marcador izquierdo, un costado diferente a su perfil natural.
La buena actuación de Vásquez solo se empañó al desperdiciar un penalti que se presentó en una mano de VAR de Fabián Ángel. El cartagenero, surgido en las canteras rojiblancas, ejecutó sin tino,
con una carrerita y un saltico nada confiables.
Su peculiar definición desde los doce pasos estrelló la pelota contra el palo.
Cali hizo más méritos que Junior para irse en ventaja, pero solo en el segundo tiempo, con el ingreso de Marco Pérez, halló el premio a su apuesta ofensiva.
Junior nunca se encontró. Fue más ganas y deseos que fútbol ante un contrincante que sí tenía un norte.
El técnico tiburón tampoco contribuyó desde el banco. Nuevamente fue desacertado en las sustituciones e increíblemente sacó de la cancha a Hinestroza.
La igualdad de Sambueza sirvió de envión anímico y ofreció la ilusión del triunfo, pero se desinfló rápidamente con el segundo tanto de Marco Pérez. El Chocano ‘vacunó’ a Junior y dejó al Cali más líder que nunca.