Difícil catalogar a una sola figura de la espectacular victoria 4-1 de Junior anoche ante Medellín en el primer partido por la final de la Liga Águila II en el estadio Metropolitano. Jarlan Barrera no marcó, pero se echó el equipo al hombro. Esa zurda prodigiosa ayer hizo estragos en la defensa del Medellín.
En el primer gol habilitó ‘sin querer’ a Luis Díaz y seis minutos más tarde cobró el tiro de esquina desde la derecha que cabeceó James Sánchez para el 2-0. Y no solo su participación en los goles. Nunca se escondió. En el primer tiempo le ‘calentó’ las manos a David González con un remate envenenado.
¿Qué decir de Teófilo Gutiérrez? Su presencia pesa y mucho. Que si faltó ante Atlético Paranaense el miércoles pasado pues nadie lo sabe, pero anoche ante el DIM puso su sello con el tercer tanto de la victoria. Y su repertorio acostumbrado. Un empujoncito a David González, que una metida de hombro contra el recio defensor Jesús Murillo. Ese es el fútbol de Teo, la malicia del Tiburón y la veteranía de alguien que está luchando con el alma por ver a Junior campeón.
James Sánchez apareció en el momento justo con un tanto de cabeza inesperado, ganándole a las ‘torres’ del DIM con un cabezazo impecable que hizo ver mal a González. El volante barranquillero también fue vital en el segundo tiempo luego de una actuación discreta en la primera etapa. Luis Díaz, un incansable, un ‘cuatro pulmones’.
El guajiro abrió el camino del triunfo en la suya, cazando un balón dentro del área y rematando al palo más lejano de González. Fue siempre el punto de referencia de la defensa del DIM, que si lo pudo controlar en muchas, lo descuido una sola vez y el goleador Rojiblanco cobró.
CANO APROVECHÓ LA QUE TUVO
Medellín alcanzó a asustar a Junior a través de su letal goleador, que tuvo pocos espacios, pero cuando lo logró, ‘vacunó’ al Tiburón. En el primer tiempo le ganó de fuerza a Rafa Pérez y por poco anota. Pero en la segunda mitad aprovechó un breve descuido de Jefferson Gómez y venció a Sebastián Viera. El argentino puso su sello, de eso no hay duda.