Bueno, Julio es Comesaña. No es el mago Merlín. Es el técnico más exitoso en la historia de Junior, pero los logros que ha tenido han sido fruto de la planificación, del trabajo con tiempo adecuado y del montaje coherente de su estilo. En solo una semana se ha confirmado mi teoría: este equipo se cayó físicamente. No creo que Teófilo, o Díaz, o Fuentes, o Piedrahita y demás, se les haya olvidado jugar al fútbol. En el deporte, y sobre todo el de contacto, se necesita la base de una buena preparación física porque el cuerpo obedece lo que el cerebro le ordena, pero si el jugador no está óptimo físicamente esa orden difícilmente es respondida. Por eso hoy día se nota a Fuentes torpe, a Piedrahita sin distancia, a Díaz sin velocidad y desborde, y un Teófilo sin generación y sin gol.
Este Junior con el que se reencontró Comesaña no tiene fondo físico, se perdieron los automatismos y las sociedades dentro del terreno de juego porque, luego de arrancar bien el año ganando la Superliga y ganar en la Liga cuatro de cinco partidos y un empate, el Profe Suárez comenzó a implementar su idea futbolística. El trabajo alcanzó para clasificar con el menor número de puntos de los ocho y amparados en los 12 empates. El tema físico se veía venir. Junior jugó el año pasado 70 partidos viajando por toda Colombia y parte del continente. Este año, en las mismas condiciones, ya ha jugado 28.
Sabemos que con Comesaña el equipo volverá a tener su fondo físico y recuperará sus formas y maneras de hacer las cosas, pero para eso se necesita tiempo y eso es lo que, en este momento, no hay. Con el juego y eliminación a manos de Melgar de Arequipa, Comesaña, el Profe Franco y el cuerpo técnico, habrán hecho un diagnóstico más real de lo que afecta el rendimiento del equipo. Ellos sabrán qué hacer y cómo hacerlo. Por lo pronto vuelvo a recordar que Julio es Comesaña, y no el mago Merlín. Aunque para ser franco, esta vez tendrá que ser Merlín y Comesaña al mismo tiempo. Todo en uno…