El objetivo realista es la Copa Sudamericana. Avanzar a la segunda ronda de la Copa Libertadores, una instancia a la que Junior no llega desde 2011, depende de un milagrazo, de una combinación de gesta y fortuna tan grande como el estadio Maracaná. Para mantenerse en el principal torneo continental,
los Tiburones deben vencer por goleada al Flamengo (3-0), hoy a partir de las 7:30 p.m., en el mítico escenario de Río de Janeiro, y cruzar dedos para que Barcelona, desde la misma hora, se imponga al Independiente del Valle por un abultado marcador.
La misión es casi imposible. El cuadro brasileño ya está clasificado con 12 puntos.
Independiente del Valle es segundo con nueve (+4 de diferencia de gol) y el único que puede alcanzarlo es Junior, que ostenta seis unidades y -2 de diferencia de gol. El Barcelona es cuarto con tres puntos (-6) y solo pelea por terminar tercero para alcanzar el cupo a la Copa Sudamericana.
Los rojiblancos clasificarían a la siguiente etapa de la Libertadores si derrotan a Flamengo por tres goles e Independiente cae ante Barcelona por cuatro tantos de ventaja. La cuestión es que superen la diferencia de goles del club ecuatoriano. No es solo superar al actual campeón de América en su casa, algo complejo por más que vaya a jugar con una buena cantidad emergentes, es esperar que Independiente del Valle sea vapuleado por el que ha sido el peor del grupo.
Otro gallo cantaría si Junior hubiese ganado o empatado siquiera ante la escuadra de Guayaquil en el anterior compromiso en Barranquilla (perdió 2-0). Tendría nueve puntos y oportunidades menos remotas y más viables. Además, ya habría garantizado la intervención en la Sudamericana.
Sin embargo, la esperanza es lo último que se pierde. “Va a ser un partido difícil como todos los de la Copa Libertadores. Nosotros vamos a seguir con nuestra ilusión, vamos a seguir peleando, como siempre lo hemos hecho. Creo que la jerarquía que tiene nuestro equipo es para pelear en cualquier patio. Sabemos que no será fácil, pero manteniendo nuestra idea de juego, con tranquilidad, paciencia e inteligencia, aprovechando cada oportunidad que tengamos en el arco contrario, seguro vamos a poder conseguir los tres puntos”, declaró Carmelo Valencia, atacante tiburón.
De todas formas, más allá de lo que digan públicamente, las energías de Luis Amaranto Perea y sus dirigidos, ante lo utópico que se plantea mantenerse en la Copa Libertadores, se enfocan en no tirar por la borda el cupo a la Copa Sudamericana
que se le otorga a cada tercero de la fase de grupos de la principal competencia. Con solo un empate, se asegurará la participación en la ‘la otra mitad de la gloria’ independiente de lo que suceda en Ecuador.