Con mucha garra, con la jerarquía propia del Tiburón, siempre creyendo en que se podía y dejando la piel en la cancha. Así avanzó Junior a la final de la Liga Águila II, tras igualar anoche 2-2 ante Deportes Tolima en el estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué en la última fecha de los cuadrangulares.
Siempre hay que tener fe, para todo en la vida y más si es con Junior jugándose un paso a una final. Anoche fue una de aquellas noches. Se preveía un nuevo ‘parto’ con el cuadro Rojiblanco y así fue. Otro juego para nunca olvidar.
Al final la alegría fue barranquillera, luego del sufrimiento, pero alegría al fin. Ahora a Junior le resta esperar por el rival del grupo B, el cual se definirá hoy. De ahí mismo se sabrá si la serie arranca o termina en Barranquilla.
Y un dato no menor es que Junior jugará su tercera final consecutiva, irá por el tricampeonato y por la décima estrella para su escudo. Directo a hacer historia.
En conclusión el cuadro currambero terminó como líder del grupo A con 11 puntos, seguido de Tolima con 9, Nacional con 8 y Cúcuta con 4.
Una montaña rusa de emociones
El partido desde el inicio fue una montaña rusa de emociones. Tolima, a su m manera, volcado al ataque sobre el área de Junior, que salió muy timorato a esperar al rival, lo cual fue su primer error.
De esa presión llegó el primer tanto de la noche. Cobro de tiro de esquina desde la derecha y José Moya ganó entre los centrales, para conectar de cabeza y vencer a Sebastián Viera para el 1-0.
Junior asimiló el golpe de buena manera y reaccionó casi que enseguida con el tanto del empate.
Edwuin Cetré levantó un tiro de esquina desde la derecha y en el segundo palo se levantó Germán Mera, quien ganó entre los espigados centrales tolimenses y de cabeza ‘bañó’ al portero William Cuesta para el 1-1.
Pero lastimosamente Junior innecesariamente volvió a tirarse atrás y Tolima volvió a arrinconarlo en su propia área, aunque sin mucho peligro, solo con un remate lejano de Anderson Plata y otro de Jaminton Campaz que desvió sin problemas Viera.
Aunque para mala suerte de Junior los problemas volvieron y a los 35’ Leonardo Pico cometió una falta sin necesidad sobre Alex Castro, aunque en la repetición se notó que fue afuera del área. Igual el árbitro Andrés Rojas decretó el penal.
El cobro lo hizo Danovis Banguero quien no falló y puso el balón a la derecha, engañando a Viera quien se lanzó a la izquierda, para el 2-1 transitorio.
Con ese resultado ambas escuadras se fueron al descanso y con Junior muy tocado por el resultado y algunos problemas en el planteamiento hecho de entrada por el DT Julio Comesaña.
A puro corazón
El segundo tiempo fue a puro corazón, de parte y parte. Jorge Ramos a los 54’ y de cabeza por poco anota el segundo, pero el balón pasó cerca del vertical izquierdo.
Tres minutos más tarde vino la infantil expulsión de Gabriel Fuentes (otra más en su carrera) por un intento de codazo sobre Plata. En la misma jugada y por reclamo al árbitro fueron amonestados Teófilo Gutiérrez y Cantillo.
Para varias, las cosas se pusieron cuesta arriba para Junior, pero ahí fue donde empezó a jugar ese corazón de este equipo, que con una base de futbolistas muy fuertes mentalmente, empezó a trabajar las cosas con mucha calma e inteligencia.
Aunque el corazón Tiburón se alcanzó a paralizar un poco a los 69’ luego que Castro tiró un centro al punto penal y Ramos remató, pero el balón se estrelló rebeldemente en el vertical derecho.
Pero como respuesta a eso llegó el tanto de la clasificación de Junior.
Luis ‘Cariaco’ González, quien entró muy metido en el cuento, se inventó una gran jugada individual por derecha, apiló rivales y luego habilitó a Cetré, quien con fuerza aguantó la marca de un defensor y luego sacó un potente zurdazo que le quemó las manos al portero tolimense, para el 2-2.
Fue certero ese golpe para Tolima. Lo intentó a la desesperada con centros al área, pero sin ningún peligro real. Junior se aplomó y se apoderó del balón en los últimos minutos, con Teo haciendo el trabajo ‘sucio’.
Así clasificó Junior a la final, como últimamente lo ha hecho, con la garra del campeón defensor, que desde ahora soñará con la décima estrella, que está muy cerca.