Romper una marca mundial en cualquier deporte es un logro que no se consigue todos los días. Lleva meses y hasta años de entrenamiento si de verdad el deportista quiere entrar en la historia por su talento y tenacidad. ¿Pero cómo superar un récord del mundo y luego en dos días volver a hacerlo? La pereirana Sofía Gómez puede ayudar a resolver esta pregunta.
Ella es una apneísta colombiana (buzo de inmersión) que ostenta la impresionante marca de inmersión de 84 metros en buceo libre en la modalidad de Peso Constante con Bialetas. El 5 de julio de este año había descendido 83 metros y logró romper la marca impuesta en 2016 por la eslovena Alenka Artnik. Pero Sofía no se conformó, se llenó de confianza y dos días después impuso el nuevo registro.
Fueron 2 minutos y 43 segundos los que estuvo la deportista de 25 años bajo el agua conteniendo la respiración y en movimiento constante. Nacida en Pereira y criada en Medellín, aunque con un vínculo con Santa Marta, de donde es oriunda su mamá, Mónica Uribe. Las playas de la bahía marcaron su vida.
Según ella, en el tiempo que estuvo bajo el agua, solo pudo pensar en que tanto esfuerzo y tiempo dedicado al entrenamiento, no podía ser desperdiciado “pensando en pendejadas y en el miedo”.
Su infancia transcurrió entre las fincas de su papá, el agrónomo manizalita Francisco Gómez, y el mar de Santa Marta. En su adolescencia quiso en algún momento ser monja, pero desistió. Seguidora de la banda norteamericana Aerosmith, Carlos Vives y uno que otro reguetonero. No tiene ‘sede fija’, como ella misma cuenta: “Yo voy y vengo, cuando estoy en Dominica (isla que forma parte de las Antillas en el Mar Caribe) extraño Medellín, y cuando estoy en Medellín, extraño Dominica”.
Esta deportista que se encarga de izar con orgullo la bandera colombiana en el exterior, habló con AL DÍA:
P.
Ingeniera civil, de infancia en fincas y no tan rodeada de mar, ¿cómo aterriza Sofía Gómez en la práctica de la apnea?
R.
Yo me crié en Pereira, pero pues mi papá siempre ha manejado fincas y yo estuve mucho en el campo. Mi mamá es de Santa Marta y desde chiquita tuve contacto con el mar e igualmente me metí en el cuento de los deportes acuáticos. Empecé practicando nado sincronizado y después a los 10 años comencé a hacer natación con aletas y me volví deportista de alto rendimiento ya a los 13 o 14 años más o menos, y ahí seguí compitiendo y entrenando en natación con aletas. Luego fui a un Mundial Juvenil de Natación (Neiva 2008, modalidad con aletas, tercer puesto relevo 4 x 200. Luego unos Nacionales y en uno de los entrenamientos con aletas fue que descubrí la apnea y desde el primer momento que hice una inmersión en la piscina me gustó mucho. Seguí entrenando, le cogí la maña a la cuestión y me dediqué cien por ciento a hacer apnea.
P.
Luego pasó al mar…
R.
Bueno cuando empecé a hacer inmersiones en el mar, que es muy diferente a hacerlo en piscina, me gustó mucho más y me pareció como más chévere. En el mar es más un reto que en piscina. Y ya desde el año pasado que me gradué pues empecé a darle una oportunidad como tal a este deporte y definitivamente ha valido la pena.
P.
¿Cómo fue ese momento en el que rompió su propia marca y estableció un nuevo registro histórico?
R.
Fue algo complejo. Yo hice 83 metros y sentí que podía bajar más. Finalmente me decidí y empecé la inmersión, me repetía a mí misma que debía dejar a un lado los miedos. Bajé los 83 metros, recogí el testigo y empecé a ascender a la superficie. Cuando salí, supe que tanto esfuerzo había valido la pena, fue una emoción muy grande junto a mi equipo.
P.
Usted ha adoptado la apnea como un estilo de vida, ¿esto le ha hecho más fácil la competencia y de paso convertirse en figura mundial de este deporte?
R.
Sí claro, cuando uno hace eso, el deporte se convierte en parte de tu vida y así es mucho más fácil tener objetivos y cumplirlos. Igual, las ganas de competir y ganar siempre están ahí, porque sí, lo haces parte de tu vida pero no lo puedes dejar como un pasatiempo. Entonces a mí me parece que uno tiene que tener claro que el deporte también es competitivo y el querer ganar lo motiva a uno a seguir entrenando durísimo y a hacer las cosas lo mejor que puede.
P.
Varios de los grandes campeones del mundo en cualquier deporte se han catalogado como personas tercas, ¿se considera usted así como tal?
R.
Cuando rompí la marca mundial, yo tenía tres intentos de récord. El primer día no lo logré porque estaba muy nerviosa y me dio mucha rabia conmigo misma, porque sentí que había perdido mucho tiempo en entrenamiento y mucha energía preparándome tantas semanas e iba a dejar que los nervios y la ansiedad me ganaran. Y sí, tienes razón, yo soy muy terca y cuando me meto algo en la cabeza lo cumplo. Además otra cosa, en este deporte hay que ser un poquito terco, pero dejar de respirar sin fuerza de voluntad es como imposible.
P.
¿Cómo es su preparación física y mental para cada competencia?
R.
Uno para practicar este deporte tiene que ser muy fuerte mentalmente y tener muy claro lo que quiere, porque nosotros visualizamos nuestras inmersiones. Cuando uno hace esto es como si hiciera una primera inmersión en la mente y ya solo queda hacerla físicamente, el hacer todo este proceso ayuda en todo sentido, porque ya está un poco preparado uno para todas las sensaciones que se puedan tener al sumergirse. También meditamos un poquito, hacemos yoga y visualizamos, eso es básicamente lo que hacemos.
P.
¿Cuál es de pronto su principal temor cuando hace una inmersión?
R.
No le temo como tal a hacer inmersiones, pero sí me dan nervios porque son competencias y en ellas siempre va haber adrenalina y expectativas de ganar, entonces eso es lo que me puede poner nerviosa. Pero no, no le temo a hacer ninguna inmersión, no es que crea pues que tenga riesgos y que algo malo me puede pasar, porque si pensaría así entonces no practicaría este deporte. Una cosa son los nervios y otra el miedo.
P.
¿Cuáles son los mayores riesgos que se corren en este deporte?
R.
Pues los riesgos inminentes son que te puedes romper los tímpanos al sufrir una descompresión en los oídos, aunque eso no es muy común porque para eso entrenamos. Podemos tener varios traumas, que pueden ser lesiones en los pulmones que pasan por las grandes presiones a las que ve sometido el cuerpo. Se puede perder la conciencia por los bajos niveles de oxígeno en alguna inmersión en caso que no se realice de buena manera, ya que el cuerpo entra como en estado de conservación y suceden estas cosas.
P.
¿Qué proyectos tiene para el 2018?
R.
En 2018 hay dos campeonatos mundiales a los que quiero ir, uno es en piscina y otro es en el mar, es difícil combinar las dos modalidades pero para eso me estoy preparando y pues con muchas expectativas de dar la pelea en ambos.
P.
¿Dónde está radicada actualmente?
R.
Pues tú sabes que yo vivo en la isla de Dominica, pero debido al huracán que pasó las condiciones están un poco precarias y ahorita estoy acá en Medellín esperando para volver a mi casa. Yo voy y vengo, no me estoy quieta, aunque cuando estoy en Colombia extraño Dominica y viceversa (risas).
P.
Usted es famosa por su intensidad en preparación y competencia, ¿pero como es Sofía en la tranquilidad de su hogar?
R.
No es que me preguntas algo muy complicado, yo creo que me relajo haciendo deporte. Siempre estoy pensando en la competencia o yendo al gimnasio. Es que parar de entrenar es casi imposible, porque el volver a comenzar es aún más complicado. Entonces uno como deportista nunca puede parar cien por ciento de entrenar. Mira que un día, para “desestresarme”, me tiré desde un paracaídas (risas).