En las redes sociales se hizo viral las imágenes de los disturbios que protagonizaron la hinchada ‘Los del sur’ y se inició un debate sobre los hechos violentos que han realizado las barras bravas en el fútbol colombiano.
El domingo 16 de abril, la barra del club Nacional se enfrentó con la Policía y se inició una batalla campal una hora antes que iniciara el partido entre Atlético Nacional y el América de Cali.
En los videos que circulan en las redes sociales, se puede observar a los hinchas agrediendo a el Esmad que tuvo que entrar al Atanasio Girardot para poder controlar el caos que estaba provocando la barra de los verdolagas.
La Fuerza Pública logró controlar la situación y sacar a la barra del estadio. Sin embargo, al no tener garantías suficientes, el presidente de la Dimayor, Fernando Jaramillo, anunció que el partido quedaba suspendido.
Este enfrentamiento se dio después de que la barra publicara una serie de trinos, el pasado sábado, en que decían que la directiva del conjunto verdolaga había roto cualquier vínculo con ellos, algo que causó su rechazo.
“En consideración del señor (Benjamín) Romero (miembro de la junta directiva), no son aceptables las opiniones de la hinchada en relación al irrespeto del técnico (Paulo) Autori con su gente (la nula autocrítica y sus exageradas declaraciones de tranquilidad) y menos con su rendimiento deportivo”, expresó la barra.
Al respecto, Atlético Nacional señaló que tomó la decisión de “suspender los beneficios económicos con la barra Los Del Sur” porque “todos los aficionados son igual de importantes y por ello creemos firmemente que nadie debe tener privilegios sobre otros”.
El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, se pronunció en su cuenta de Twitter rechazando los disturbios y anunciando condiciones para que el estadio pueda ser utilizado de nuevo por Nacional.
“No vamos a tolerar la violencia. Me toca poner hasta 800 policías por cada partido. No prestaremos el estadio a Nacional hasta que no se acuerden condiciones mínimas de seguridad entre barra y directivas, y la vigilancia sea pagada por el equipo. Prefiero a los policías cuidando a la gente en las calles”, publicó Quintero en la noche del domingo.
No vamos a tolerar la violencia. Me toca poner hasta 800 policías por cada partido. No prestaremos el estadio a Nacional hasta que no se acuerden condiciones mínimas de seguridad entre barra y directivas, y la vigilancia sea pagada por el equipo. Prefiero a los policías cuidando…
A los cientos de mensajes de indignación por este tipo de violencia en el contexto deportivo se sumó el periodista César Augusto Londoño, quien en su cuenta de Twitter arremetió contra las barras bravas.
“Las barras bravas están identificadas: son vagos, drogadictos, con tendencia al bandidaje, andan armados y con malas intenciones. Pero los dejan ingresar a los estadios. Tienen un negocio montado con boletas, droga, licor y viajes. Hay que erradicarlas, delincuentes disfrazados”, escribió el comunicador.
Las barras bravas están identificadas: son vagos, drogadictos, con tendencia al bandidaje, andan armados y con malas intenciones. Pero los dejan ingresar a los estadios. Tienen un negocio montado con boletas, droga, licor y viajes. Hay que erradicarlas, delincuentes disfrazados
En otro ‘trino’, Londoño aseveró que “si las autoridades y los clubes no acaban con las barras bravas, las que tienen como objetivo la violencia, son ellas la que van a acabar con el fútbol”.
Los comentarios del periodista provocaron reacciones divididas, pues algunos se mostraron de acuerdo con su opinión y otros lo criticaron por “estigmatizar” a las personas que hacen parte de las barras.
Si las autoridades y los clubes no acaban con las barras bravas, las que tienen como objetivo la violencia, son ellas la que van a acabar con el fútbol pic.twitter.com/dJN8PXaxBj