Después de vivir años sin televisión ni internet, monjas de clausura ya pueden usar redes sociales
Las religiosas que viven en los conventos de clausura, no pueden salir a la calle, hablar por teléfono constantemente e incluso visitar familiares a no ser que sean casos de extrema urgencia.
Extensas jornadas de oración, ayuno y contemplación, acompañado de votos de obediencia y castidad, es la realidad de los conocidos monasterios de clausura de los que hay más de 3.600 alrededor del mundo.
En estos, las monjas llevan dietas livianas, se dedican única y exclusivamente al estudio bíblico y la oración, casi nunca salen del convento, algunos otros desarrollan alguna especialidad laboral que permite mayor financiación de su residencia, como por ejemplo la producción de ostias.
Sin embargo, permanecen alejadas de todo lo que sucede a su alrededor, no ven noticias, ni leen el periódico ni mucho menos utilizan dispositivos electrónicos que les permite acceder a internet, puesto que las religiosas femeninas deben “llevar una vida contemplativa”.
No obstante esto podría estar a punto de cambiar, luego que el pasado 15 de mayo a través de un texto, el papa Francisco autorizara a las monjas el uso de redes sociales, aunque ‘con prudencia’.
“Estos medios se deben usar con sobriedad y criterio” manifiesta el sumo Pontífice a CNN, mientras que agrega expresas recomendaciones para que las religiosas sepan a elegir el tipo de contenidos a los que tendrán acceso, buscando que no los aleje de su formación espiritual.
Finalmente, el máximo líder de la Iglesia Católica, declaró que “las monjas deberán procurar tener la debida información sobre la Iglesia y el mundo, no con multitud de noticias, sino sabiendo escoger las que son esenciales a la luz de Dios”
