“Tuve miedo como mamá. Me preguntaba qué sería de su vida y cómo trabajaría. Era complicado aceptar que llegaría otra persona a mi casa, que no era mi hijo”, estas eran las principales preocupaciones de Esperanza Martínez, una madre que contó cómo fue su proceso al enterarse de que su hijo Andrés es transgénero.
La carta, enviada al diario El Tiempo, además de ser una conmovedora confesión, es un consejo para aquellos padres, que como Esperanza viven la misma situación.
La vida de esta familia tomó un giro luego de enterarse de que su hijo menor les contara que desde los seis años sentía inconforme con su identidad de género. Sin embargo, a Andrea, como se llama ahora, le gustan las mujeres y su identidad de género es femenina, pese a que su sexo asignado por el médico y ellos, fue masculino.
Esperanza contó que su hija había intentado suicidarse y sufrió toda su vida ocultando este gran secreto a su familia, por el temor de ser rechazado y que no le pagaran sus estudios.
La madre relató que luego de la revelación que su hijo les hizo, vivió momentos de shock, incluso ella también intentó quitarse la vida, debido a que se sentía culpable de “haber gestado a una persona con identidad de género diferente”.
El miedo se apoderó de ella, no podía dejar de pensar lo que le ocurriría a su hijo si tomaba la decisión de transformarse totalmente en mujer. Se preocupaba acerca de su nueva vida y cómo sería su futuro laboral, donde podría no ser aceptado.
ACEPTACIÓN DE SUS PADRES Y ABUELA
Cuando Andrés le pidió que regalara su ropa, sintió como si su segundo hijo hubiera muerto. Aunque sabía que no debía dejarlo solo en su camino de transición.
“Fue un diciembre amargo, pero nos unimos como familia. Tanto los familiares de mi esposo como los míos, nos brindaron su apoyo. Sufrimos menos gracias a ellos y al gran amor que le tenemos a quien ahora es nuestra hija” declaró Esperanza en la carta.
El apoyo que su esposo le dio a su hijo fue de vital importancia, ahora Edgar cuida más a su hija Andrea, la lleva a la universidad, a la peluquería, incluso le compra la ropa que a ella le gusta.
Una de las personas más importantes en la vida de Laura Andrea Herrera Martínez es su abuela de 88 años, a quien al principio le ocultaban la situación previniendo que no aceptara lo que sucedía, pero fue todo lo contrario.
Cuando Esperanza le contó a su madre, ella le dijo: “sea hombre o mujer, lo quiero con toda mi alma, pero decirle Andrea es muy complicado”.
Antes de que sus padres se enteraran, Andrea estuvo con su última novia durante dos años, ella se enteró antes que nosotros y le dijo que no le importaba. Pero luego fue complicado y decidieron terminar la relación, sin embargo a pesar de todo siguen viéndose y apoyándose como amigos.
RECHAZO DE CONOCIDOS DE ANDREA
Pero, no todo lo que brilla es oro y esta vez no fue la excepción, pues el hermano mayor de Andrea no aceptó la decisión del cambio de identidad de género.
Las amigas de Esperanza la rechazaron y no aceptaron lo que estaba pasando su hija, incluso una de ellas le dijo que a Andrea se le había metido un demonio y por eso estaba sucediendo eso.
El temor de la madre pronto empezó a hacerse notar, “Nunca me había unido tanto a Dios como ahora. Todo empezó cuando se le cerraron las puertas de trabajo”.
VIDA PROFESIONAL DE ANDREA
“Mi hija estudió Biología. Luego de todo, cambió de nombre en sus documentos y en sus tarjetas profesionales, y salió a buscar empleo ya como Andrea. Asistía a las entrevistas de trabajo, obtenía los mejores puntajes y pasaba todos los filtros, y al final sospechosamente ningún laboratorio la recibía”.
La angustia de Esperanza la llevó a plantearse las preguntas de por qué el cerebro de su hija debe echarse a la basura por el simple hecho de ser transgénero. También se cuestionó: “¿dónde está el país libre que tanto dicen los gobernantes?”
A pesar de las circunstancias y de la dolorosa situación de rechazo en la que vivía Andrea, logró graduarse de Biología y Bacteriología en la Universidad Javeriana. Su especialidad es la Genética y ha realizado cursos y diplomados en el tema. Actualmente, es la coordinadora del área de células madre de un laboratorio privado de medicina reproductiva y regeneración celular, en Bogotá. Se encuentra próxima a graduarse de la especialización en Gerencia de la calidad en los servicios de salud en la Javeriana.
El apoyo que ha recibido por parte de sus familiares ha sido esencial para que Andrea haya logrado superarse a pesar de las limitaciones con las que se encontraba en un principio. Es el orgullo de sus padres.
Esperanza cuenta que recientemente su hija abrió un canal en Youtube para ayudar a las personas transgénero.
CONSEJOS A OTROS PADRES
La carta dirigida a los padres que pasan por la misma situación, escrita por la madre de Laura Andrea, recomienda que piensen en sus hijos y que los apoyen sin importar su identidad de género ni la orientación sexual que tengan, pues no ayudarlos sería dejarlos enfrentarse solos a una situación que puede traer incluso la muerte.
La madre se ofrece a ayudar a las mamas que sufren y piensan que el mundo se les acabo, cuando sus hijos toman esta decisión.
“¿Por qué abandonar a tu hijo por su condición sexual o su identidad de género? Sé que duele, porque a mí me pasó, pero ante todo el amor. Tus hijos son las personas que más necesitan ser apoyadas.”
El miedo aún sigue persistente para esta madre, quien vive con el temor de que su hija se encuentre con personas homofóbicas, transfóbicas o que no tengan conocimiento del tema y no la respeten, sin embargo exclama que puede morir en paz porque su hija consiguió un lugar en el mundo.