Historias

El periplo de una mujer desplazada por la violencia para regresar a su tierra

Después de 25 años de haber salido de su parcela en Cesar, tras la arremetida de los paramilitares, un fallo judicial ordenó restituirle el predio.

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La confrontación armada que libraron paramilitares y guerrilleros

dejó cerca de 300 mil desplazados en el departamento del Cesar. Las masacres, amenazas y desaparición forzada, en el accionar de los grupos al margen de la ley, obligaron a muchos campesinos a abandonar sus tierras.

Una de las víctimas de aquella cruenta arremetida es María Yolanda Arias, a quien los paramilitares le asesinaron a su esposo Obadías Torres, y a una de sus hijos, en una violenta incursión a la parcela ‘Siete de Agosto’ en el municipio de San Alberto, sur del Cesar. Fue en 1993, cuando esta mujer

en estado de embarazo, tuvo que presenciar la muerte de su esposo, que era presidente de la Junta de Acción Comunal, y de su bebé.

María Yolanda Arias y su familia vivían de la agricultura y piscicultura, tenían cultivos de yuca, plátano, cría de cerdos y pollos. Todo eso tuvo que dejarlo atrás, y cargar con el resto de sus hijos, para proteger sus vidas.

Aunque siguió un camino de calvario, sufrimiento y miedo, no se dejó vencer. Una vez logró enterrar a su esposo y su bebé, se desplazó. Su situación fue tan crítica que incluso tuvo que pedir limosna y recurrir a la caridad para subsistir de alguna manera.

Para finales de 1994, la parcelación ‘Siete de Agosto” estaba completamente vacía y los violentos arremetieron entonces contra otras parcelas. Fue un tiempo de terror, no solo por las amenazas, sino también por las masacres ocurridas en municipios aledaños. Con la necesidad a cuestas, María Yolanda tuvo que acceder a vender su predio a un precio bajo y con ese dinero, y gracias a su fortaleza y perseverancia trabajando en lo que pudo, logró ver crecer a sus hijos.

En 2015 conoció la gestión de la Unidad de Restitución de Tierras

e inició su proceso de restitución, confiando en la justicia y con la convicción plena de poder en algún momento volver a su tierra.

25 años después del suceso violento en 1993, tras un fallo judicial, en 2018, la Unidad de Restitución de Tierras le hizo entrega oficial de su predio. Ya el terreno estaba abonado, considerando que durante los años anteriores, las personas que habían adquirido el predio tiempo después, habían sembrado cultivos de palma de aceite.

Estas familias fueron reconocidas como segundos ocupantes, es decir personas naturales en condiciones de vulnerabilidad

socioeconómica que tienen una relación material o jurídica de propiedad, posesión u ocupación, con un predio objeto de restitución en el que habita o del cual deriva sus medios de subsistencia. Solamente un juez reconoce esta condición, por lo que recibieron una compensación equivalente al valor del predio, debido a que se pudo constatar que la compra fue de buena fe exenta de culpa.

“Para mí, volver al predio no fue nada fácil, había demasiados sentimientos encontrados, superar lo que allí había pasado y la pérdida de mi esposo e hija aún era muy duro, pero sabía que este hecho representaba un nuevo comienzo para nosotros”, sostuvo María Yolanda Arias.

Reconoce que esta restitución le devolvió la vida y que se siente la persona más feliz por poder trabajar en su tierra, “amo mis palmas, son lo más lindo que hay y ya no me siento como una víctima, porque todo lo que viví ha valido la pena y sé que Obadías debe estar muy orgulloso”, sostuvo.

María Yolanda no solo pudo volver a su predio sino también comenzar la implementación de proyecto productivo. Fue en 2020, durante la pandemia, cuando de la mano del Programa de Proyectos Productivos fortaleció los cultivos para su sostenimiento y fertilización. También recibió recursos para la compra de animales, que le permiten generar ingresos para su seguridad alimentaria.

En la actualidad, María Yolanda es una de las proveedoras de la empresa Palmas de Cesar, y en el marco del modelo de Agricultura por Contrato del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural comercializa directamente y sin intermediarios.

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