Entre basuras, sin luz y sin agua, así es el campamento donde viven los abusadores sexuales
“Nadie nos quiere en ningún lado. Un criminal que mató gente, un narcotraficante, cumplen sus condenas y vuelven a hacer sus vidas, pero nosotros no tenemos esa oportunidad, es una muerte en vida”
Las leyes estadounidenses son rigurosas con los abusadores y los depredadores sexuales: todos los sujetos que han sido juzgadas por abuso de menores, aunque hayan cumplido sus sentencias, no pueden residir, de por vida, a menos de 600 metros de una escuela, área de juego, jardín infantil, parque o parada de autobús escolar.
Así lo expone el más reciente artículo de la BBC Mundo, en el que hacen un recuento del peculiar campamento que se erige en una zona industrial en la ciudad de Hialeah, al norte de Miami, donde conviven entre sí más de 200 personas relacionadas con delitos sexuales contra menores de edad, debido a que además del aeropuerto y un pantano, son pocos los lugares donde pueden residir sin incumplir la norma de la aproximación a establecimientos con gran afluencia de niños y jóvenes.
Para vigilar que esta norma se cumpla, estos sujetos tienen unos grilletes electrónicos que registran su ubicación, puesto que si se acercan a zonas donde se aproximen los lugares no permitidos, este emitirá una señal de alerta a la Policía del condado, lo que conducirá en su aprehensión inmediata, tal como lo relata Luis Concepción, un sujeto de 74 años que reside en el campamento y que pagó 8 años de cárcel, acusado de abusar de una niña de 7 años que es ahijada de su ex esposa.
El lugar está repleto de carpas, que son las casas de los juzgados, normalmente se alimentan de conservas y productos enlatados, puesto que no tienen servicio de energía eléctrica.
Sin embargo, la mayoría de los residentes de este peculiar lugar no sólo fueron condenados por acceso carnal contra los menores, puesto que los delitos van desde pornografía infantil, tener relaciones con una novia menor de edad, desnudarse frente a niños o tocarlos de forma lasciva.
Por otra parte, estas personas difícilmente encuentran empleo, y han sido constantemente evacuados de los lugares de asentamiento puesto que siempre hay quejas sobre el riesgo exponencial que se encuentran las poblaciones vecinas al estar cerca de sindicados de delitos sexuales, y recientemente un fallo del tribunal de Miami podría desalojar también este campamento puesto que las autoridades consideran que las situaciones de insalubridad que se encuentra el sitio, representa un peligro para la ciudadanía.
“Nadie nos quiere en ningún lado. Un criminal que mató gente, un narcotraficante, cumplen sus condenas y vuelven a hacer sus vidas, pero nosotros no tenemos esa oportunidad, es una muerte en vida” sostiene uno de los residentes.
Ante esto, un activista gubernamental afirma que eso debe al tipo de infracción que cometieron estas personas “En Estados Unidos a diferencia de otros países, tratamos a las personas que cometen delitos sexuales retorcidos de una forma diferente a cualquier otro delito. Cuando le robas la niñez a un menor porque lo violas, destruyes su vida y como resultado, te vamos a tratar diferente”