El 4 de febrero de 1992, fecha de la que este lunes se cumplen 27 años, un grupo de militares dio un golpe de Estado contra el entonces presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez.
Aquellos insurgentes estaban liderados por el teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías, quien, pese al fracaso de la operación militar, se convirtió en una figura política gracias sobretodo a un breve discurso televisado de apenas un minuto en el que se rindió y mencionó dos palabras que fueron casi proféticas: “Por ahora”.
“Compañeros, lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital”, dijo en el mensaje en el que pedía a sus fuerzas que depusieran las armas.
Luego de pasar dos años en la cárcel, Chávez quedó libre en 1994 tras ser indultado por el presidente de esa época, el copeyano Rafael Caldera, y cuatro años después se convertiría en presidente de forma democrática al ganar las elecciones.
Su gobierno y su doctrina, el chavismo, no solo signan la historia de Venezuela, sino el presente a pesar de su muerte en marzo de 2013.
Ayer hizo 20 años que el líder socialista Hugo Chávez tomó el poder en Venezuela y fundó la “revolución bolivariana”. Hoy, el país petrolero sufre una de las peores crisis política y socioeconómica de su historia, y aislamiento internacional, bajo el gobierno de su sucesor Nicolás Maduro.
2000- 2002: El golpe de Estado
En 2000, Chávez es reelegido en comicios convocados bajo la nueva Carta Magna. Su política de confiscaciones comienza a enfrentarlo con empresarios y trabajadores.
El 2 de diciembre de 2000 la estatal petrolera PDVSA inició una huelga que buscaba sacarlo de la Presidencia, pero tras dos meses fracasó.
El 11 de abril de 2002, una multitudinaria manifestación, convocada por empresarios y la mayor central de trabajadores, exige la renuncia de Chávez; se desvía al Palacio de Miraflores y tras un enfrentamiento que deja 19 muertos, el alto mando militar lo derroca y es encarcelado en un cuartel.
El empresario Pedro Carmona asume la presidencia y anula la Constitución, pero el 13 de abril Chávez es restituido por militares leales y la movilización de sus seguidores.
2003 - 2013: Radicalización y muerte
Tras lo que llamó el “golpe petrolero”, Chávez radicaliza la revolución. En 2004 gana un referendo revocatorio convocado en 2003 por la oposición, que en 2005 boicotea los comicios parlamentarios y los oficialistas toman el control del Congreso.
En 2005 impulsa el “Socialismo del siglo XXI”. Es reelegido en 2006, pero en 2007 pierde un referendo sobre una reforma constitucional que permitía la reelección indefinida. Esta es finalmente aprobada en 2009 en una nueva consulta.
Con la bonanza de los precios del petróleo, que llegaron en 2008 a 100 dólares el barril, Chávez logró lealtades en países de América Latina e impulsó programas sociales.
En 2011, el mandatario revela que tiene cáncer y se somete a tratamiento en Cuba. En octubre de 2012, es reelegido (2013-2019), pero dos meses después unge como sucesor a Nicolás Maduro. Chávez muere el 5 de marzo de 2013 a los 58 años.
2013-2018: el gobierno turbulento de Maduro
Nicolás Maduro gana por estrecho margen al opositor Henrique Capriles las presidenciales en abril de 2013. En 2014, manifestaciones opositoras lideradas por Leopoldo López exigen la salida de Maduro, con saldo de 43 muertos. El opositor es encarcelado y condenado a casi 14 años de prisión.
La economía cae en recesión. Se agrava la escasez de alimentos y medicinas. Los precios y la producción de petróleo -que genera 96% de los ingresos- se derrumban.
En diciembre de 2015, la oposición asesta al chavismo la mayor derrota electoral al ganar la mayoría del Parlamento. Se desata un fuerte choque de poderes que dura hasta hoy. En 2016, el poder judicial, de línea oficialista, declara al Legislativo en desacato y nulas sus decisiones.
Tras denuncias de quiebre democrático, Venezuela vivió cuatro meses de violentas protestas opositoras en 2017, que dejaron unos 125 muertos y que fueron desactivadas con la polémica elección de una Asamblea Constituyente oficialista y todopoderosa.
La Constituyente, rechazada por parte de la comunidad internacional, adelantó las presidenciales a mayo de 2018. El 20 de ese mes, Maduro fue reelegido en unos comicios que la oposición boicoteó y denunció como fraudulentos, ante lo que varios países desconocieron los resultados.
2019: Un gobierno desconocido
El pasado 10 de enero, Maduro asume un segundo mandato (2019-2025) considerado “ilegítimo” por Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y una docena de países latinoamericanos.
El 23 de enero, el jefe legislativo, el opositor Juan Guaidó, se autoproclama “presidente encargado”, invocando la Constitución y luego de que el Parlamento declarara a Maduro “usurpador”. Reconocido por Estados Unidos y varios países de Latinoamérica, Guaidó lanza una ofensiva para lograr “un gobierno de transición y elecciones libres”. Maduro asegura que Guaidó es un “títere” de Washington en lo que denuncia como “un golpe de Estado en marcha”. Venezuela rompe relaciones con Estados Unidos, que le impone sanciones petroleras.
Guaidó aseguró ayer que febrero será “determinante” para sacar del poder al mandatario Nicolás Maduro, quien a su vez amenazó con un adelanto de elecciones que renueven este año el Parlamento, liderado por el opositor.
El inicio de las manifestaciones de ayer en toda Venezuela fue agitado por un video difundido en redes sociales en el que el general Francisco Yánez, de la Aviación Militar, desconoció a Maduro, convirtiéndose en el militar activo de mayor rango que reconoce a Guaidó. Así las cosas, los ojos de la comunidad internacional están puestos en Venezuela, en donde los analistas temen que ocurra un estallido social.