Luego de 54 años de conflicto, dos familias en el municipio de Barrancas dejaron a un lado sus diferencias que los llevó a que 163 personas murieran y muchas más salieran exiliadas para salvar sus vidas, en una pelea donde se aplicaba la Ley del Talión del Ojo por ojo, diente por diente; lo que solo dejó muerte y odio. Pero ayer todo cambió, estas familias le dijeron Sí a la Paz, a vivir en buena convivencia para dejar atrás más de medio siglo de violencia y lograr una paz duradera.
TODO SUCEDIÓ EL 17 DE MARZO DE 1962
Cuenta Evelio Rafael Cobo, que el inicio de la guerra entre las dos familias se dio en el corregimiento de San Pedro en la zona rural de Barrancas.
“Entre dos primos se les dio por cortarle los testículos a un ovejo”, recuerda. A su vez, Celito Rafael Solano Pinto, perteneciente a una familia involucrada en este conflicto, nos relata que ese 17 de marzo de 1962, la guerra empezó por la ignorancia de campesinos. “Castraron un animal en una finca ajena y ese animal cuando le llegó al dueño este decidió poner el máximo castigo al que le había hecho ese daño y de paso se había burlado de los propietarios”, dice Solano.
De igual forma nos cuenta Adalges Margarita Pérez Soto, quien hoy tiene 61 años y cuando comenzó la guerra ella tenía solo siete, “todo inició entre los Cobo, la familia Mejía y los Gómez”. Más adelante la guerra se desvía y queda entre los Pérez Soto y los Cobo.
Momento en que se sella esta paz duradera para las dos familias que iniciaron el conflicto que llegó a su final ayer con la firma de un acuerdo.
De ahí en adelante se vieron afectados aproximadamente 70 familias en una guerra sin cuartel. Esta situación involucró a las familias: Bermúdez Soto, Mejía Carrillo, Pérez Bonilla, Pinto Cantillo, Pinto Pérez, Ustate Ramírez, Ramírez Puche, Carrillo Arévalo, Duarte Suárez, Ureche Quiñónez, Pérez Molina, Pérez Pinto, Pérez Suárez, Suárez Duarte, Pérez Carrillo, Pérez Pérez, Puche Aguirre, entre otras.
LOS DIÁLOGOS DE PAZ
Las primeras negociaciones se dieron en el 2006, solo con las familias que permanecían en Barrancas, las que estaban en Venezuela exiliadas no fueron involucradas en el proceso de negociación que logró frenar todo y comenzar una tregua; pero hace un año se retomó el proceso para involucrar la paz y reconciliación a todas las familias; consiguiéndose ayer protocolizar todo y dar fin a un conflicto de 54 años, dos años más antiguo que la guerra entre el Estado colombiano y las Farc.
En el coliseo Romero Gámez Redondo se reunieron todas las familias, estuvo presente el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo. “Estos acuerdos salvan vidas y generan convivencia”, dice el ministro.
Para Adalges Pérez Soto, el conflicto le dejó muchas cicatrices en su corazón pero indica que ha aprendido a perdonar. “Todo esto lo que dejó fue una estela de pobreza”. Lo vivido es solo parte de la historia que hoy quieren olvidar estas familias que firman la paz.