“Cuando me dijeron que mi hijo estaba en la clínica, me imaginé que era un accidente en moto. En ningún momento pasó por mi mente que había recibido un proyectil en la cabeza”, contó Roberto Castillejo, padre de Roberto de Jesús Castillejo Rojano, de 14 años, quien murió como consecuencia de un disparo de manos de un adolescente de 13 años.
El hecho se registró el pasado sábado en un barrio en el noroccidente de Valledupar, desde entonces la víctima estuvo internada en la UCI de una clínica donde falleció a las 3:00 a.m. de este martes. Horas antes, lo habían declarado con muerte cerebral.
Según Castillejo, todo sucedió en una casa diferente a donde había dejado a su hijo para que jugara con unos amigos, en la carrera 19 con calle 7B del barrio La Esperanza. Uno de los niños, de manera inocente, manipuló un arma de fuego y accidentalmente la accionó.
Sostuvo, además, que siempre guardó la esperanza de que Dios hiciera un milagro y mantuviera a su hijo con vida. El golpe para sus familiares ha sido devastador.
En relación a la familia del niño que accionó el arma, dijo que no le atribuye responsabilidad, “son designios de Dios, me duele mucho perder a mi hijo. Resignación, quizás el Todopoderoso lo tenía designado para otras cosas”.
Roberto Castillejo intentó que los órganos de su hijo fueran donados a pacientes con algún padecimiento, pero esto no fue posible ya que el menor al final de su estadía en la UCI presentó problemas en el corazón y esto afectó el resto de los órganos.
PIDIERON PERDÓN
Los padres del menor que accionó el arma de fuego se acercaron hasta la casa de los afectados para pedirles perdón por lo ocurrido.
La familia Castillejo Rojano es oriunda de un municipio del centro del Cesar, donde se realizarán las honras fúnebres del menor. Antes de vivir en Valledupar estuvieron radicados por más de 10 años en Canadá, donde crecieron sus tres hijos (dos niñas y Roberto de Jesús), por lo que el niño dominaba tres idiomas (español, francés e inglés).
Antes de que el cuerpo fuera trasladado desde Valledupar al sitio del sepelio, sus compañeros de estudios le rindieron un homenaje en el colegio donde estudiaba quinto grado de bachillerato.
SE HARÁ UNA INVESTIGACIÓN
El subcomandante de la Policía en el Cesar, coronel Mauricio Bonilla, indicó que al adolescente involucrado se le van a restituir sus derechos a través del ICBF, teniendo en cuenta que es un menor de 14 años, y verificar si los padres cumplen con las condiciones que los garanticen.
“El dueño del arma, que es el padre del otro menor, estará inmerso en la investigación. El arma estará a disposición de la Fiscalía, ya que tiene 8 años de no contar con permiso de porte y no le fue renovado. Estamos a la espera de la decisión judicial”, señaló el oficial.