Historias

VIDEO | Así fue la dolorosa despedida a los Policías que murieron en el atentado en Barranquilla

Allí el general Jorge Hernando Nieto Rojas, director nacional de la Policía afirmó que el mejor homenaje a estos héroes de la patria, es dar con el paradero de los responsables de estos “actos demenciales”.

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En medio de escenas de llanto, dolor, tristeza y frustración de realizaron ayer en la Escuela de Policía Anto­nio Nariño las honras fúnebres de los cinco policías que perdieron la vida en el atentado terrorista contra la estación del barrio San José.

Así fue el momento:

Allí el general Jorge Hernando Nie­to Rojas, director nacional de la Policía afirmó que el mejor homenaje a estos héroes de la patria, es dar con el para­dero de los responsables de estos “actos demenciales”.

El alto oficial invocó la solidaridad de los buenos ciudadanos para que los ayuden a encontrar rápido a los asesinos de los poli­cías. “Nunca nos hemos dejado amedren­tar por el terrorismo y jamás lo haremos. Es hora de actuar más unidos que nunca y cerrar filas contra esos apátridas que truncaron las prósperas vidas de siete extraordinarios seres humanos y valien­tes policías”, agregó.

Nieto expresó su solidaridad y condo­lencias a los padres, esposas, hijos y de­más seres queridos de los patrulleros Yamith Rada Muñoz, Yosimar Márquez Navarro, Freddy López Gutiérrez, An­derson René Cano Arteta y Freddys de Jesús Echeverría Orozco.

También hizo extensivas las condolen­cias a la familia del intendente Manuel Galvis Contreras y el patrullero Freddy Alexander Posada, quienes murieron la noche del sábado en un atentado perpe­trado en Buenavista, corregimiento de Santa Rosa, municipio del sur de Bolívar.

Sostuvo que la temprana partida de es­tos hombres aflige el corazón de un país que recorre el sendero de la reconcilia­ción, y les recuerdan que deben seguir luchando contra las manifestaciones del crimen organizado que tanto dolor y su­frimiento le han generado al pueblo co­lombiano.

“Gracias a todos los barranquilleros, autoridades, al resto del país y a las voces internacionalesque condenaron enérgicamente este aleve atentado cri­minal y se solidarizaron con esa gran familia de la Policía Nacional”, expresó.

La ceremonia religiosa la presidió el ar­zobispo de Barranquilla, Pablo Emiro Sa­las. Asistieron también el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano; el presidente del Senado, Efraín Cepeda; y el alcalde de Soledad, Joao Herrera, entre otros.

MÁS PIE DE FUERZA

Al finalizar la eucaristía el Gobernador Verano expresó que están a la espera de 1.800 policías que engrosarán el pie de fuerza en el Departamento durante las festividades de Carnaval.

El mandatario departamental indicó que es un momento “duro y difícil” para estas familias que perdieron a sus seres queridos mientras cumplían su deber con la patria.

“Hoy les expresamos nuestra solida­ridad y condolencias. A la ciudadanía queremos darle un parte de tranquilidad para que sigan confiando en la Policía, la institución está haciendo todo para dar con los responsables de este atentado cobarde y garantizar la seguridad de la gente, aseveró Verano.

Uno a uno los cuerpos salieron de la capilla. Afuera sus compañeros entona­ban en las cornetas las notas del Toque de Silencio. A medida que pasaban los minutos y que se acortaba el tiempo pa­ra ver a sus seres queridos por última vez, las emociones ahogabanlos gritos de las mujeres que eran sostenidas por sus acompañantes.

“Yo no te parí, pero sí te quiero como a un hijo, mi Freddy”, gritaba Ruth Oroz­co, hermana de Isabel Orozco, madre del patrullero Freddy Eccheverría, quien desde hace 10 años lo tenía viviendo en su casa.“Él llegó a mi casa en Ciénaga desde los 14 años, desde Isla del Rosa­rio, corregimiento Pueblo Viejo, Magda­lena. Mis papás fueron como sus padres y para mí era un hermano mayor, todo lo hacíamos juntos”, dice Carlos Redondo sentado en un bordillo de la entrada de la Escuela de Policía.

“Nunca lo voy a olvidar porque siempre estábamos juntos allá en Ciénaga, donde vivimos.Siempre que tenía oportunidad de venir a un partido de Junior, lo hacía. Era muy hincha”, agrega sollozando.

Junto a Carlos, Dasnis Arévalo se la­menta porque perdió a“su gran amor”.

“Nosotros estábamos juntos hace tres años, fue amor a primera vista. El día que lo conocí estaba jugando fútbol con los primos en la terraza, yo pasé y me tiró el balón. Le dijo luego a la abuela que ‘por ahí había una muchacha bonita’. Desde entonces estamos juntos”.

“Teníamos muchas cosas pensadas, muchos planes. Yo sé que Dios tenía un plan maravilloso para él, pero así es la vida, me lo arrebató, me quitó a mi gran amor. Yo estudio administración de em­presas en la Corporación Unificada Na­cional, en Santa Marta, pero Freddy me había dicho que me cambiara para Ba­rranquilla, que alquiláramos un aparta­mento acá para vivir juntos”.

Él, como sus compañeros, murió pre­parándose para servir en la labor que “siempre había soñado”.

LOS HERIDOS SE RECUPERAN

Los uniformados que resultaron heri­dos en el atentado del sábado en la esta­ción de Policía del barrio San José, se re­cuperan con mucho cuidado y control por parte de los médicos de los centros asis­tenciales donde permanecen internados.

En la clínica Campbell de Barranqui­lla es donde hay más lesionados, nueve. Any Toscano, directora del centro hos­pitalario, informó que ocho de ellos tie­nen diagnóstico de trauma craneoen­cefálico, trauma cerrado de tórax y abdomen, traumas en los tímpanos, traumas faciales y heridas múltiples en el cuerpo.

“Evolucionan muy bien, todos han presentado unas buena evolución des­de ayer (sábado), pero deben permane­cer hospitalizados. Hoy (ayer) fueron valorados por especialistas, neurociru­janos, de cirugía general, maxilofacial y oftalmología.Ellos deben hacerles se­guimiento nuevamente este lunes( hoy), señaló Toscano. En cuanto al otro lesio­nado la directora dijo que se encuentra en UCI, debido a que el ojo izquierdo quedó comprometido y podría perderlo.

Además tiene un perdigón en una zona de alto riesgo de trauma vascular, y per­manece en seguimiento de valoración neurovascular para estar seguros de que no hay compromisos del miembro infe­rior afectado.

Sarith Carrascal Villalba, coordinadora médica de la clínica La Victoria, decla­ró que en ese centro hospitalario se en­cuentran cuatro pacientes: dos de ellos en UCI y dos en sala.

La profesional sostuvo que uno de los que está en la Unidad de Cuidados Inten­sivos, llegó con una amputación traumá­tica en la pierna izquierda y una lesión que compromete la pierna derecha.

El otro tiene trauma de tórax y abdo­men cerrado, fractura de tibia y peroné expuesta en la pierna izquierda, y esquir­las de los explosivos en el cuerpo.

En cuanto a los otros dos presentan fracturas en las piernas, politrauma­tismo craneoencefálico y esquirlas de los explosivos en el cuerpo. “Permane­cerán bajo observación estricta con ca­da uno de los especialistas del área que comprometió. Hasta ahora no nos han manifestado una evolución para darles de alta”, precisó Carrascal. En la Clínica Murillo permanecen otros dos heridos con heridas graves y comprometidas, pero evo­lucionan satisfactoriamente. Por último en el Camino Universitario Distrital Adelita de Char está un agente de la Policía con buen estado de salud.

ALTAR EN HONOR A LOS CAÍDOS

En el patio de la Estación de San José no formaron ayer los uniformados a las 6:30 de la mañana, como era costumbre, “solo se sentía el vacío” por la pérdida de sus compañeros. En la cancha contigua los niños no llegaron a jugar como todos los días.

En el lugar donde perdieron la vida los cinco policías se veía un corazón hecho con los gafetes de los uniformados (placa de identificación con el apellido), una bota destrozada y pedazos de uniforme. Esas piezas encerraban una sentida fra­se: “Dios y Patria. Que descansen en paz, siempre los recordaremos. 27-01-2018”.

A cada lado de la frase el dibujo de dos perros con huesos en la boca, conmemo­ra a las dos mascotas (Negra y Orión),que también murieron en el brutal atentado.

“Hoy no se escucha nada más que el llanto de quienes vienen a ver cómo que­dó todo. Hoy ha sido un día muy doloro­so, saber que tus compañeros se murie­ron justo aquí, en este lugar, no se puede explicar. Esta mañana no formamos acá, apenas llegamos limpiamos toda la san­gre que había quedado y recogimos los escombros”, dice un uniformado con voz entrecortada.

“Esta cancha siempre andaba llena de niños jugando fútbol, y hoy no ha venido nadie. Hay mucho temor entre los ve­cinos,está la zozobra de que vuelvan a atentar contra la Estación, concluyó con pesadumbre.