Adolfo Arrieta García, el confeso homicida de la niña Génesis Rúa Vizcaíno, de 9 años, es uno de los antiguos habitantes del barrio Porvenir, al centro de Fundación. Sus vecinos lo distinguían como una persona sana, con quien nunca tuvieron problemas e incluso, manifiestan que era “buena gente”.
Dicen que saludaba a todos muy cordial, aunque a veces solía vérsele de mal genio, pero sin meterse con nadie. Afirman quienes lo conocen que nunca supieron que tenía antecedentes judiciales, como lo reveló el Fiscal Seccional del Magdalena, aunque sí se enteraron que en una discusión con su mujer hizo un tiro para asustarla.
Esto habría sido la causa de su separación. Todos sus 47 años los ha vivido en ese sector, un tiempo en casa de sus padres, y otro en una vivienda que construyó adyacente a esta, la misma en donde dio muerte a la hija de los Rúa Vizcaíno.
Allí convivía con su esposa y sus dos hijos, un varón de 18 años y una mujer de 15. El patio de la casa se asemeja a un parqueadero en donde guardaba su camión turbo, a través del cual distribuía leche. Este vehículo tenía varios días de estar dañado, por lo que optó por utilizar un motocarro para trabajar.
Era un eximio jugador de ‘buchácara’, habiendo participado en torneos de la localidad siempre con desempeño exitoso. “Adolfo un bravo con el taco”, dijo un vecino. Dicen que justamente el viernes cuando ejecutó el horrendo crimen, había estado jugando y departiendo en un billar cercano. Le gustaba tomar, generalmente los fines de semana.
Lo hacía en su casa en donde tenía un equipo con amplificador, el cual hacía sonar a volúmenes altos. Sus canciones –según comentan quienes lo conocen– son vallenatos, especialmente de Diomedes Díaz y Los Hermanos Zuleta.
Afirman que últimamente se le vio beber más seguido, “quizás por la desestabilización emocional que sufrió ante la separación de su esposa. Adolfo Arrieta García conocía a Génesis y a sus padres, Benjamín Rúa y Yeimy Vizcaíno, a quienes saludaba cuando se tropezaban. Esto lo ratifica el progenitor de la víctima quien dice aún no entender por qué la asesinó.