A Ariel Oseas Díaz Guevarano le gustaba subirse a una motocicleta por el temor que tenía de accidentarse en una ciudad como Sincelejo donde diariamente ocurren estos eventos viales. Pero paradójicamente su muerte la encontró en la bicicleta en la que se le observaba con mucha frecuencia en las calles de la capital sucreña.
Eran las 9:45 de la mañana de ayer cuando Díaz Guevara salía en su bicicleta a La Variante a Tolú, a la altura del barrio Sinaí, cuando una motocicleta de alto cilindraje y placa FEK-83E lo embistió violentamente dejándolo tendido en la mitad de la carretera.
El fuerte estrépito hizo que muchas personas salieran a observar lo sucedido y de ahí en adelante todo fue confusión. El adulto mayor moría lentamente en la mitad de una carretera que por años ha sido de las de mayor accidentalidad en la capital sucreña y que por ende la llaman la vía de la muerte.
Fueron 15 minutos que se hicieron eternos esperando la llegada de una ambulancia, que al arribar al sitio lo trasladó a la Clínica Salud Social donde a los pocos minutos se supo lo irremediable. Díaz Guevara había muerto, pues el fuerte golpe en la cabeza y la cantidad de sangre que derramó en la vía fueron suficientes para que se convirtiera en una víctima más de los accidentes de tránsito en Sincelejo.
Motociclista resultó con heridas
Cristian Zafra, quien conducía la motocicleta que arrolló a Ariel Díaz Guevara, también sufrió heridas de consideración debido a la caída de la motocicleta, por lo que ayer en la mañana era atendido en la Clínica María Reina. De él se conoció que al momento del accidente se dirigía hacia Corozal donde reside, luego de haber adelantado unas prácticas estudiantiles con manejo de maquinaria pesada. Al sitio del accidente llegó el personal de la Seccional de Tránsito de la Policía para investigar cómo ocurrió el evento vial.
Dos versiones se tejen del accidente
Varias personas señalaron que el motociclista iba con exceso de velocidad y algunos aseguran que el adulto mayor conducía la bicicleta en estado de embriaguez. De la víctima mortal se supo que era de la vereda Buenos Aires donde lo conocían por afilar cuchillos y fabricar sillas.