“Por una escopeta no deben matar a una persona”, dijo Sandra Miranda para referirse al caso de su esposo, Pedro Rafael Barcas Mena, de 67 años, asesinado este miércoles a las 5:30 de la tarde en su finca situada en Martillo, corregimiento de Ponedera, suroriente del Atlántico.
Según el relato de la mujer, Pedro Rafael, natural de Córdoba (Bolívar), estaba solo en la parcela su propiedad ‘La Gloria de Dios’, que había adquirido hace tres años. Dos sujetos entraron a los predios de Barcas y abrieron fuego en su contra. El hombre alcanzó a responder al ataque, pero lastimosamente le dieron por la espalda, causándole la muerte inmediata. Partiendo de las versiones oficiales y testimonios de los familiares, los delincuentes realizaron el ataque para robar la escopeta de Barcas.
“El 29 de septiembre pasado lo habían atracado, también para quitarle el arma. Esta era nueva y la tenía para defenderse”, agregó Miranda.
Los asesinos no han sido identificados, y el único testigo del hecho, un vecino, solo dijo que uno de ellos vestía camisa manga larga azul y un jean.
Pedro Rafael, padre de siete hijos, sembraba yuca y criaba ganado. Sus jornadas iniciaban a las 4 de la madrugada y terminaban a las 3 de la tarde.