El espeluznante caso de una niña que sufrió la violación de su padre por 9 años
La demanda fue interpuesta por la menor.
El Juez segundo penal del circuito de Riohacha, impuso medida de aseguramiento y condenó a 23 años y siete meses de prisión a un padre de familia que abusaba de su hija desde los cinco años hasta que cumplió los 14.
La demanda fue interpuesta por la víctima y la petición de la menor fue aceptada, y posteriormente fue formulada la imputación de cargos en contra de su padre por los delitos de explotación sexual comercial de persona menor de 18 años agravado, acceso carnal violento agravado, acto sexual violento agravado y acto sexuales con menor de 14 años agravado e incesto.
En ese momento el Juez le impuso detención preventiva en un centro carcelario.
La menor, quien tiene otra hermana que la acompañó a colocar la denuncia, le narró a la Fiscalía detalladamente cómo y en qué forma abusaban de ella y que desde cuando tenía aproximadamente cinco años su padre comenzó a abusar de ella, situación que realizó reiteradamente y posteriormente pudo establecer que lo que él hacía estaba mal y lo denunció.
MADRE DE LA MENOR NEGÓ ACUSACIONES
Las pruebas presentadas por la Fiscalía indican claramente que el padre de la menor mostró un comportamiento inusual en diferentes situaciones narradas en entrevista forense y ante esta situación su defensa no presentó ninguna prueba porque el abusador aceptó los cargos y solicitó ayuda psicológica y espiritual por parte del gobierno.
La madre de la menor negó las acusaciones de las hijas y señaló que solo había firmado la denuncia porque sus hijas eran menores de edady aseguró que no le consta ninguno de los hechos, ya que según la mujer, sus hijas están actuando bajo resentimientos porque su padre las sobreprotegía.
NO TENDRÁ BENEFICIOS
El acusado debe cumplir con la sanción en el centro de reclusión que determine el director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario – Inpec–, sin beneficio de casa por cárcel, excarcelación o pago de fianza por los perjuicios materiales, morales y psicológicos que le causó a su hija desde los cinco años hasta su adolescencia.
Por: Luz Divina Fonseca