El experimentado volante de contención Jaime Córdoba, de 32 años, quien militó en Junior en2009 (segundo semestre) atraviesa una dura situación económica en su natal Cali en medio de la pandemia.
Este futbolista, que en 2008 fue considerado por la FIFA como una de las 13 promesa del fútbol mundial, compartió recientemente en sus historias de Instagram la rifa que realiza de varias camisas que usó con América de Cali.
Con los Diablos Rojos, Córdoba quedó campeón del Torneo Finalización 2008. Cada número de la rifa tiene un valor de $25.000, algo que en redes sociales despertó todo tipo de comentarios debido a que por su apretada situación económica ni siquiera las subastó, sino que debió rifar.
Córdoba, que fue pretendido en Argentina por clubes como Boca Juniors y River Plate, le contó al Gol Caracol que está desempleado y que a su esposa le suspendieron el contrato, por lo que ha debido ingeniárselas para sobrevivir.
El año pasado jugó en el Quindío en la Primera B y para la presente temporada, cuando estaba cerca de llegar a un acuerdo con otro club del ascenso, se paró el fútbol colombiano y quedó en el olvido.
“El tema de las rifas que he venido realizando es precisamente porque no se pudo seguir laborando en el fútbol. Hubo opción en marzo que se abría el libro para jugadores libres, pero por la pandemia se paró el fútbol. La opción se frenó. Amigos del barrio, futbolistas, periodistas y la gente en general me compra boletas. Es un método que encontré para sostenerme en este tiempo”.
Las ofertas se congelaron
Antes de la pandemia, Jaime Córdoba, quien ha militado en clubes como Nacional, Once Caldas y Olimpia de Honduras, sostuvo que recibió ofertas de equipos como Bogotá FC, Chicó y también de Ecuador y Corea del Sur, pero estas propuestas coincidieron con la explosión del coronavirus en el mundo.
“Es un momento difícil. Aún tengo años para jugar profesionalmente, por eso me sigo preparando. Apenas con 32 años y se está poniendo difícil encontrar club, a pesar de que tuve un 2019 con buen rendimiento. Uno sueña con jugar hasta los 38, pero cada vez la cosa es peor. No quiero que mi profesión de aquí en adelante sea vender rifas, solo lo hice por la necesidad”.
El caleño ahora anhela la estabilidad económica que tuvo en el equipo tiburón donde a pesar de no ser titular, ganaba bien.
Su pasado que ha estado ligado a problemas con el alcohol y la rumba lo llevaron a despilfarrar el billete.