Sentado en el banquillo de los acusados, lloraba, murmuraba algo para sí mismo, movía insistentemente la pierna, se apretaba las manos, en la izquierda se le vio una herida grande de quemadura ya seca, se lamentaba por los niños y todo el tiempo negaba con la cabeza a los pensamientos que quizá rondaban en su mente. Esa fue la actitud de Marlon Enrique Jiménez Ortiz, de 26 años, durante la audiencia de imputación de cargos en el Centro de Servicios Judiciales de Barranquilla.
Jiménez Ortiz es el hombre señalado de rociar con gasolina y prender fuego a Diana Esther Beleño Melo, su pareja sentimental, con la que había convivido los últimos 2 años y medio, y de cuya relación quedaron dos hijos, uno de un año y un pequeño de un mes de nacido.
Durante la diligencia, el fiscal delegado, Rodrigo Restrepo Reyes hizo una narración en palabras sencillas para que el indiciado pudiera entender a qué se estaba enfrentando, de qué se trataba el proceso y cuál es el delito que le imputó, debido al bajo nivel de escolaridad.
Feminicidio es el delito que se ajusta a la realidad de los hechos, dice Fiscalía, debido a que Marlon Jiménez y Diana Beleño convivían bajo el mismo techo, en una humilde casa de tablas, ubicada en el barrio El Bosque.
También porque dentro de la pareja había problemas de violencia física, sicológica y hasta económica en la que Bello Melo siempre fue la víctima, pero por alguna razón, nunca denunció a su verdugo.
Para poner en contexto a todos los presentes en la sala 23 dónde se llevó a cabo la audiencia, el fiscal Restrepo indicó que el día sábado 22 de febrero, a las 4:30 de la tarde se registraron los hechos que derivaron en la posterior muerte de Diana Beleño, de 27 años.
"Desde el viernes 21 de febrero Marlon había salido a tomar y llegó amanecido el sábado, no cumpliendo con las obligaciones del sustento del hogar lo que desencadenó el reclamo de Diana , porque no había comida para ella y los niños, a lo que él cogió un tarro de gasolinazo que me dijo que utilizaban para quemar cobre, dado que Marlon se dedica al reciclaje y chatarrería, y luego le prendió fuego", leyó el delegado del ente investigador y prosiguió con la reacción de Diana ante el hecho.
"Ella corrió encendida hacia el patio donde había un tanque de agua y luego que logra sofocar las llamas, Marlon la toma y la envuelve en una sábana y la lleva al centro médico inicial".
Uno de los detalles revelados en el relato de los hechos que hizo Fiscalía tiene que ver con una conversación que sostuvo víctima y victimario al momento de ingresar al puesto de salud San Ignacio, en el barrio El Bosque, dónde fue llevada Diana inicialmente por su misma pareja.
"De acuerdo al testimonio del médico que la trató inicialmente en la clínica, Marlon presionaba a Diana para que no lo denunciara y le siguiera el juego en que todo había sido un accidente, porque ella debía pensar con quién se iban a quedar los niños", leyó el delegado.
Asimismo, los testimonios de Carlos Hernández, médico que atendió a Diana Esther en la clínica San Ignacio; Carmen Jiménez Orozco, trabajadora social del mismo centro médico y Jhonny Beleño Melo, hermano de la víctima, fueron clave ya que pudieron hablar con ella una vez ocurrida la agresión.
"Tanto el médico como la trabajadora social entregaron sus declaraciones juramentada dónde afirmaron que Diana aseguro que su pareja sentimental fue quien la roció con gasolina y la quemó"
De igual manera, al imputar el cargo de feminicidio agravado contra Marlon Enrique Jiménez, el fiscal fue enfático en decir que la conducta del indiciado fue de cordura porque era consciente de lo que hacía en el ese momento. Y dijo también que lo hecho no fue un accidente, sino que fue un acto doloso, porque hubo "toda la intención" de causar daño.
Luego de un breve receso, se retomó la diligencia judicial con la solicitud de medida de aseguramiento en la que la Fiscalía solicitó al juez que fuera en centro carcelario toda vez que el ahora imputado representa un peligro para la sociedad, de igual manera no había garantías de que compareciera ante la justicia para la condena en la podría pagar entre 41 y 50 años de prisión.
El representante de la familia de la víctima, abogado Orlando Caballero, elevó también una solicitud al juez para que se otorguen medidas de protección a los tres hijos que ahora quedaron huérfanos. Una niña de ocho años, producto de una relación anterior de Beleño Melo, y los otros dos pequeños de la relación con Jiménez Ortiz, que pasarían ahora bajo custodia de un tío materno, quien tiene las condiciones para mantenerlos.
Para las 2:30 de la tarde se suspendió la diligencia en la que hará su intervención la defensa del imputado y la decisión final del juez sobre el proceso.