¿Qué Pasa?

El sangriento caso de un hombre que asesinó de cinco tiros a su esposa y luego se suicidó

El hecho ocurrió en el barrio San Jorge, en Valledupar.

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El barrio San Jorge de la capital del Cesar se tiñó de sangre con una doble muerte dentro de una casa. Un hecho de feminicidio acabó con la vida de una mujer de 47 años, a manos de su esposo, de 56, quien se suicidó.

Los hechos sucedieron a las 4:30 de la tarde de este sábado en la carrera 6A nú­mero 20-91 del sector mencionado. El sonido de varios disparos alertó a los vecinos, quienes no tardaron en aso­marse a la vivienda de donde prove­nían las detonaciones. Un hijo de las víctimas salió angustiado hasta la te­rraza pidiendo ayuda y de inmediato se supo la tragedia.

Se trató de Freddys Enrique Gra­nados Movil, de 56 años, quien con un revólver calibre 38 le propinó cin­co tiros a su compañera sentimental, Nadina Beatriz Polo Granados, de 47 años, y posteriormente se disparó en la cabeza.

DISCUSIONES CONSTANTES

Al parecer, Nadina no quería seguir viviendo más con su esposo por lo que las discusiones eran constantes y él se negaba a terminar la relación. Es­te fue el reporte que la Policía entregó en el lugar de los hechos.

Momentos antes del trágico hecho marido y mujer habrían estado discu­tiendo en la habitación de ambos, y fue ahí donde ocurrieron sus muertes. Na­dina quedó tendida sobre la cama que compartía con su pareja en medio de un charco de sangre, mientras que el cuerpo de Freddys quedó a pocos me­tros de esta.

Un hijo de estas personas pidió ayu­da a una ambulancia, pero al llegar no había nada que hacer. Ambos murieron de manera instantánea. Minutos más tarde llegó la Unidad Móvil de Crimi­nalística de la Sijín y realizó la inspec­ción técnica de los cadáveres en medio de un fuerte aguacero que caía en la ciudad, y luego fueron llevados hasta la morgue de Medicina Legal.

La Policía precisó además que Freddys Granados tenía una anotación por violencia intrafamiliar, al parecer, había sido denunciado por su esposa.

RABIA Y DOLOR

Familiares de las víctimas fueron lle­gando uno a uno a la casa, ninguno po­día creer lo que ahí sucedió.

Según contaron los vecinos, Freddys era un hombre tranquilo que en el barrio no mostró ser violento por lo que los asombró que hubiera actuado de esa manera.

“Los vecinos no mostraban ser una familia con problemas, él hace poco arregló la casa y todo se veía normal, pero vaya usted a saber cómo viven de puerta para adentro”, dijo una habitan­te del sector.

LE DECÍAN ‘FREDDY MOFLE’

Por más de 10 años, Freddys se de­dicó a trabajar en un taller mecánico de su propiedad donde se destacó por reparar los mofles de los vehículos, labor que le generó fama en el gre­mio y propietarios de automóviles en Valledupar.