El pasado 31 de diciembre, aproximadamente las 9 de la mañana, los agentes de la Policía del cuadrante del barrio Primero de Diciembre (Riohacha) recibieron un llamado en donde les reportaban un grave caso de maltrato animal. El hecho sucedía en la carrera 35 No 10-55 y, al llegar a la vivienda, la patrulla encontró a José Antonio Pava De La Hoz, quien dijo haber sido miembro del Ejército Nacional. Además, dijo que sufrió episodios de crisis emocional que lo obligaron a abandonar esa institución.
Ya en el interior de la vivienda la escena era lamentable. Los agentes encontraron sin vida a un gato y a un perro, ambos pendiendo de un cordón, a lo cual Pava De La Hoz no dio explicación alguna en ese momento.
Teniendo en cuenta el antecedente psiquiátrico del individuo, los patrulleros lo trasladaron al hospital San José de Maicao, donde todavía recibe atención médica. En todo caso, los galenos aclararon que una vez se estabilice su condición de salud sería remitido a una clínica psiquiátrica.
Ante un nuevo requerimiento, el individuo manifestó que el gato o el perro se le comieron un pescado que tenía para desayunar, que por esa razón los torturó con el objetivo de que “confesaran” y que al no encontrar respuesta les quitó la vida de la manera más cruel.
NO ES LA PRIMERA CRISIS GRAVE
Por los antecedentes de José Antonio Pava se pudo establecer que ya había presentado problemas emocionales muy graves. Uno de los episodios tuvo que ver con una crisis de esquizofrenia que cobró la vida de su propio padre, al parecer, por los golpes con un palo y un garrote que Pava le propinó en medio de un estado estado de enajenación.
En esa ocasión, el ahora señalado se zafó del problema legal debido a su condición psiquiátrica y no fue imputado con cargos.
Según las autoridades, a pesar de representar un eventual peligro para la sociedad, a José Antonio Pava no lo han podido internar en una clínica siquiátrica porque no cuenta con documentos colombianos, pues se sigue identificando con una cédula venezolano. Pava, en todo caso, perteneció al Ejército colombiano y fue allí donde desarrolló el trastorno mental, por lo que se espera que sea la institución la que en últimas asuma, o ayude a asumir a otra entidad, el tratamiento médico especializado.
A pesar de que en Colombia hay una dura ley contra el maltrato y la crueldad contra los animales, a José Antonio Pava no se le aplicará debido a su enfermedad.