¿Qué Pasa?

ESPECIAL | Guaidó no ha logrado quebrar apoyo de militares a Nicolás Maduro

Venezuela sigue en una profunda crisis económica y social.

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En la cresta de su popularidad y con amplio apoyo internacional, el opositor Juan Guaidó cumplió ayer dos meses de haberse autoproclamado presidente interino de Venezuela, pero esto no ha sido suficiente para quebrar la lealtad de los militares a Nicolás Maduro.

Guaidó, jefe del Parlamento de mayoría opositora, llega a este punto empeñado en una movilización nacional hacia el palacio presidencial de Miraflores, en fecha por definir, para tomar su control. De cara a ese nuevo pico de la crisis, que bautizó como “Operación Libertad”, recorre el país para conseguir más apoyo popular.

“Seguimos en las calles con el pueblo, organizando la #OperaciónLibertad (...). Vamos a mantenernos firmemente en esta lucha”, escribió en Twitter Guaidó al difundir un video en el que aparece saludando a los manifestantes.

Seguidores de Maduro también comenzaron ayer una concentración en el Centro de Caracas. Venezuela atraviesa un período de vértigo, en el que Guaidó logró el reconocimiento de más de 50 países encabezados por Estados Unidos, además de reactivar la protesta y cohesionar a la dividida dirigencia opositora.

A inicios de marzo tenía una aprobación de 61%, frente a 14% de Maduro, según la encuestadora Datanálisis. Multitudinarias movilizaciones atestiguan ese respaldo, en medio de un agravamiento de la crisis económica, con escasez de bienes básicos y una hiperinflación que el FMI proyecta en 10.000.000% para 2019.

“Un escenario como el actual (...) era inimaginable en 2018”, dijo a AFP el internacionalista Mariano De Alba, sobre lo cerca que algunos perciben un cambio de gobierno. Guaidó, ingeniero industrial de 35 años, se juramentó ante una multitud luego de que el Legislativo declarara a Maduro “usurpador”, alegando que su segundo mandato -iniciado el 10 de enero- fue resultado de elecciones fraudulentas.

Cohesión sorprendente

Durante estos dos meses Maduro se aferró a los militares -su principal sostén-, agitando la lucha contra el intervencionismo, alimentada por la advertencia de Donald Trump de que no descarta una acción armada en Venezuela.

Guaidó también se ha declarado dispuesto a pedirle al Parlamento que autorice una intervención militar. Pero el Grupo de Lima (13 países latinoamericanos y Canadá, que reconocen a Guaidó) y la Unión Europea se aponen al uso de la fuerza.

Aunque sigue debilitándose, Maduro “ha logrado mantener una cohesión sorprendente en un escenario tan adverso”, apunta De Alba. La Fuerza Armada, con amplio poder político y económico, le ha reiterado “lealtad absoluta”, ignorando los llamados de Washington y de Guaidó para que le den la espalda a cambio de amnistías y levantamiento de sanciones.

El mandatario socialista ha hecho valer además su alianza con Rusia y China -principales acreedores del país con las mayores reservas petroleras-, que han asumido su defensa en foros como el Consejo de Seguridad de la ONU.

En todas sus intervenciones, Guaidó llama a los militares a abandonar a Maduro, exchofer de autobús de 56 años. Pero el quiebre no ha ocurrido “porque no se ha generado una oferta creíble que permita a la élite militar tener confianza en que puede abrirse un cambio” que no implique su “destrucción”, opina el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León.

Para este experto, la expectativa de que Maduro solo saldría con una invasión puede llevar a los opositores a desechar posibles negociaciones para “provocar la fractura”, un escenario impopular, pero “siempre necesario” para resolver conflictos.

Guaidó buscó el quiebre militar el 23 de febrero, cuando intentó ingresar donaciones de Estados Unidos en alimentos e insumos médicos por las fronteras con Colombia y Brasil, y el gobierno se lo impidió alegando que era la excusa para una intervención militar.

Mayor deterioro

En este complejo ambiente Venezuela se encamina a un mayor deterioro económico. El 28 de abril entrará en vigor un embargo petrolero de Estados Unidos, adonde va el 50% de la decadente producción del país, que obtiene 96% de sus ingresos del crudo.

Esas ventas representan 75% del flujo de caja de Venezuela, sin acceso a financiamiento internacional y dependiente de las importaciones. “La situación económica se va a agravar muchísimo y la ciudadanía experimentará un deterioro sustancial de su calidad de vida”, advierte De Alba, quien también anticipa un aumento de la “represión”.

El jueves pasado agentes de inteligencia detuvieron a Roberto Marrero, jefe de despacho de Guaidó, acusado de planificar atentados para generar caos. Para León, el tiempo juega en contra de Maduro con peligro de “explosión social” e intervención a medida que se acerca la campaña presidencial estadounidense.

Pero para Guaidó el paso del tiempo también es riesgoso, pues “mientras más se deteriore el país sin resolver el cambio de gobierno, las sanciones serán relacionadas con la crisis y la paciencia se agotará”, advierte el analista.

¿Planes terroristas?

Maduro denunció ayer que fondos estatales bloqueados por sanciones internacionales financian planes “terroristas”, y acusó al líder opositor Juan Guaidó y a su partido político de un fallido complot para asesinarlo.

El gobierno de Maduro acusó a Roberto Marrero, arrestado jefe de despacho de Guaidó, de fungir como “gran organizador” de la supuesta operación que tendría entre sus objetivos “asesinatos selectivos” y “sabotajes” a servicios públicos.

El dirigente chavista Jorge Rodríguez difundió ayer capturas de pant alla de supuestas conversaciones vía WhatsApp entre Marrero y Guaidó, en las que se habría coordinado -dijo- usar 1.000 millones de dólares en fondos bloqueados para financiar grupos irregulares con apoyo de varios países liderados por Estados Unidos.