El corredor industrial de Juan Mina, en la prolongación de la carrera 38, a 5 kilómetros del casco urbano de Barranquilla, el polo de constante desarrollo que atrae la inversión, vive ahora un momento crítico.
Son más de 60 empresas asentadas allí que generan empleos directos e indirectos a los barranquilleros y atlanticenses.Sin embargo, un importante número de empresarios viene protestando por la grave situación de inseguridad que se vive en la zona, y responsabilizan en gran parte a la casi que nula iluminación nocturna.
Manuel Herrera, gerente de Zona Franca La Cayena (construida en Juan Mina en el 2008 y conformada por 25 empresas), manifestó su preocupación por el aumento de los atracos y la alta accidentalidad en la carretera.Lo peor del caso es que nadie se responsabiliza de la situación, mientras la ola criminal y delincuencial va en ascenso, afirma.
“Al no haber dolientes el problema continúa igual o peor. Los ladrones siguen haciendo de las suyas en medio de la penumbra, y todos los que trabajamos en esta zona estamos expuestos a ser asaltados”, expresó con preocupación.
Enero y febrero, según refiere Herrera, fueron dos meses críticos en los que varias de las industrias allí apostadas fueron asaltadas por sujetos armados.De ocho casos apenas tres trascendieron, y solo uno fue divulgado por la prensa, señaló. Uno de estos fue el asalto al Centro Empresarial y Logístico Marentus. Allí sujetos armados ingresaron a la empresa, amordazaron a los vigilantes y salieron en tres camiones con el botín: más de 400 millones de pesos en maquinarias de obras civiles.
Pese a las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la firma y otros elementos de prueba aportados por la misma, la Policía Metropolitana de Barranquilla, a la fecha, no ha logrado la captura de estos delincuentes, sostuvo.
Otra empresa afectada fue Gres Caribe S.A., dedicada a la fabricación de tejas, ladrillos y adoquines. Su gerente, Eugenio Díaz Peris, que además es concejal de Barranquilla, no ocultó su malestar por este y otros hechos que ocurren a diario en el corredor.
“En dos meses nos atracaron dos veces. Primero en diciembre y después en enero. Los dos robos ascienden a 20 millones de pesos. Necesitamos mayor compromiso por parte de la Alcaldía distrital y la Policía Nacional, pues a este ritmo las industrias situadas en Juan Mina tendrán que cerrar sus puertas y marcharse a otro lado”, expresó el cabildante en tono enérgico.
El hurto más reciente ocurrió en los últimos días de enero. El blanco delincuencial fue la empresa Ladrillera S.A., dedicada, como su nombre lo indica, a fabricar ladrillos.
“A la planta de la Ladrillera ingresaron en un taxi cuatro tipos armados, encañonaron a todos los presentes, les hurtaron todas las pertenencias y se marcharon con esos elementos de valor y dinero en efectivo”, aseguró un miembro de la Red de Apoyo de la Policía.
Y ni hablar de los ciclistas profesionales y semi-profesionales que les han robado sus bicicletas cuando van tirando pedalazos por este corredor, que han escogido para la práctica de este deporte.
UNA SUBESTACIÓN DE POLICÍA
Como consecuencia de las constantes denuncias por parte de las empresas del sector, la Red de Apoyo, liderada por la Zona Franca La Cayena, decidió convocar a un consejo extraordinario de seguridad.
A este asistieron el director del Fondo de Seguridad y Convivencia Ciudadana, Yesid Turbay Pereira; el secretario de Gobierno departamental, Guillermo Polo Carbonell; el comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, general Mariano Botero Coy; empresarios del sector, líderes comunales del corregimiento de Juan Mina, entre otros.
Además de los controles que la Policía Mebar se comprometió en realizar, hubo una iniciativa que fue apoyada por todos los empresarios: la construcción de una subestación de Policía con 27 agentes permanentes para el sector.
“Existe la imperiosa necesidad de que esto se materialice, porque la Policía que cubre Juan Mina, también debe patrullar el barrio La Pradera, y mientras custodia una zona, en la otra los hampones están haciendo de las suyas. Esto no puede seguir ocurriendo”, agregó el gerente de Gres Caribe, Eugenio Díaz.
En una segunda reunión se estableció que antes de la construcción de dicha subestación debe instalarse un sistema de alumbrado público que coadyuve con la percepción de seguridad.
El Distrito se comprometió a buscar una salida, pero ha pasado un mes tras esa última junta multidisciplinaria y no se ha obtenido respuesta, lamentó también el empresariado.