La otra tragedia que golpea a Mocoa: ¿qué hacer con los cadáveres?
La entrada del cementerio Normandía colapsó por la cantidad de gente que intentaba ingresar.
La angustia y desesperación siguen invadiendo a Mocoa, esta vez, por la identificación de los cuerpos de las víctimas. Según El Tiempo, Bajo el sol, con el número de cédula de los desaparecidos y en una fila hasta de 5 cuadras, las personas esperan para ser atendidos por los cuatro soldados encargados de controlar el ingreso al cementerio de Normandía, lugar donde se encuentran los cuerpos de las personas muertas por la avalancha de la noche del pasado viernes.
Cada familiar o amigo ingresa junto con 4 personas más y empieza la búsqueda cuerpo por cuerpo. Las víctimas fueron ubicadas en bolsas especiales abiertas para su fácil identificación, pero, debido a la gravedad de la emergencia y al estado de descomposición de los cuerpos, pronto deben ser ubicados en fosas.
De acuerdo con el reporte presentado por el presidente Juan Manuel Santos, el número de cifras de las víctimas mortales llegan a 254 y hay más de 200 heridos y desaparecidos. “El balance, aún parcial, es dramático. Su evolución ha sido como una tortura china” expresó el mandatario en una alocución radiotelevisada.
Carlos Eduardo Valdés, director de Medicina Legal, le sostuvo a al medio de comunicación que se han realizado 108 necropsias y han sido plenamente identificadas 45 personas de las cuales ya se entregaron 34.
“Estamos trabajando sin descanso. A la ciudadanía le pido consideración, un poco de paciencia para completar la identificación. No queremos que se entreguen cadáveres equivocadamente”, señaló Valdés al periódico nacional.
La búsqueda de algunos familiares es incansable. Al no encontrar a la persona desaparecida en el pequeño cementerio, emprendieron largas caminatas y buscaron entre los escombros y piedras de 8 hasta 27 metros cúbicos a sus seres queridos.
Los sobrevivientes de esta tragedia no pierden la esperanza de recuperar algo de lo arrastrado por el río, pero mientras tanto, un colegio, un coliseo y una sede indígena es su refugio entre tanto escombro. Allí llegan las ayudas humanitarias para suplir las necesidades básicas de los damnificados mientras son reubicados.
“Se han logrado ingresar mil kits de aseo, mil kits alimentarios, 3.000 colchonetas, 4.000 frazadas, mil kits de cocina y más de 14 toneladas agua, equipos como plantas eléctricas, de comunicación y de búsqueda y rescate. Además de herramientas y motobombas” Publicó El Tiempo.
Las Fuerzas Militares, voluntarios e integrantes del Ejército y la Policía tampoco cesan la búsqueda de víctimas. Cuentan con ocho helicópteros y tres aviones, entre ellos uno medicalizado, para transportar ayuda humanitaria a la zona.
El desastre dejó familias incompletas y una ciudad cubierta de 11 millones de metros cúbicos de lodo, rocas y material boscoso.
