Los momentos de pánico que vivió Estewin cuando lo intentaron quemar vivo en su casa

Estewin Ibarra Castillo miró de nuevo a la muerte directamente a los ojos. Esta vez en medio de un incendio, rodeado de llamas provocadas por desconocidos que pretendían incinerarlo dentro de su propia casa. De milagro este hombre de 32 años resultó ileso en este cruel atentado. Es el segundo que sufre en menos de dos años, recuerda.

Antes fue víctima de un balazo en el cuello que lo tiene confinado en una silla de ruedas. El fuego comenzó a arrasar la vivienda de Ibarra a las 3 de la madrugada de este martes. El inmueble está situado en la carrera 14C No. 45-06, barrio Tajamar II (Soledad). “El lunes me acosté temprano.Leí la palabra de Dios con mi hermano y nos fuimos acostar. Vivo solo, pero en estos días él me vino a acompañar”, manifestó Ibarra.

Mientras Estewin dormía, sujetos lanzaron por los calados laterales de la vivienda el contenido de una botella con gasolina. El combustible se regó por todo el interior de la casa,y luego le dejaron caer un fósforo encendido, desatándose la conflagración.

“Me despertó el fogonazo. Creí que iba a morir, pero nuevamente me salvé de milagro”, continuó Ibarra, quien recordó la otra ocasión en la que casi pierde la vida. Fue a las 2 de la tarde del 8 de enero del año pasado. En la terraza de su casa un individuo lo baleó en el cuello porque Estewin le pidió que dejara de atracar en el barrio.

“El tipo y yo nos criamos juntos desde pequeños, y tenía azotado el barrio atracando a la gente y robando en las casas. Por eso le pedí que no jodiera a los vecinos, pero no le gustó mi reclamo y empezamos a darnos trompadas. La pelea acabó cuando sacó un revólver y me disparó”, recordó Estewin Ibarra, que a raíz de esa lesión perdió la movilidad en ambas piernas.

Tras sobrevivir del incendio Estewin le agradeció a su hermano Erwin Alexander Ibarra Castillo haberlo salvado. “Cuando lo escucho gritando me levanto de mi cama, que estaba en la sala, las llamas estaban en su cuarto”, explicó Erwin.“Como pude tiré unas telas en el suelo para abrirme paso y trasladé a mi hermano al patio, mientras apagábamos el fuego”, continuó Erwin el relato.

Con Estewin a salvo, lo siguiente fue sofocar las llamas y evitar pérdidas materiales mayores, sin embargo, fue inevitable.

La residencia, de tres metros de ancho por seis de largo, sufrió daños en las paredes, el cielo raso se consumió, dos láminas de eternit se estropearon y los muebles quedaron incinerados. “No puedo con este dolor. Esto fue lo único que nos dejó mi papá (la casa) y mire cómo quedó”, expresó Ibarra entre lágrimas.

Estewin no entiende por qué lo querían matar, aunque afirma que conoce a los responsables. En la mañana de este martes trascendió la versión de que el móvil del atentado sobre Estewin estaría relacionado con el microtráfico de drogas. AL DÍA le preguntó al respecto y lo negó.

“Acá ven entrar a gente, al uno y al otro, por eso creen que vendo vicio, pero no es así, entran a ayudarme con mis cosas, levantarme de la cama y similares ¿Cómo voy a vender eso, si ni siquiera puedo caminar?”, respondió Ibarra mientras señalaba las cicatrices que cada día le recuerdan el porqué está discapacitado.

Soledad no tiene bomberos

La emergencia en Tajamar II fue atendida por el Cuerpo de Bomberos de Barranquilla, debido a que su similar de Soledad se negó a prestar el servicio con el argumento de que la Alcaldía de ese municipio no le ha definido el convenio para realizar sus tareas. Josefa Cassiani, secretaria de Gobierno de Soledad, afirmó que el convenio con el Cuerpo Voluntario de Bomberos terminó en octubre, pero que ya tienen listo la renovación del mismo. “No se ha podido firmar porque el comandante, Próspero Carbonell, no ha querido hacerlo”, sostuvo. Carbonell aseguró que el convenio hasta octubre se hizo por $200 millones, pero que de esa cantidad están pendientes $257 millones. Cassiani replicó diciendo que sí están al día en los pagos. Como sea, de haber ocurrido alguna pérdida humana en esta emergencia ambos entes soledeños tendrían una respuesta pendiente.