“Me ofrecieron 2 millones de pesos por matar al cabo del Ejército”

Un preacuerdo con la Fiscalía, en busca de una rebaja de la pena, facilitó que Wilmer Rivero Carvajalino, detenido en la Cárcel Judicial de Valledupar entregara detalles para esclarecer la muerte y desaparición del cabo del Ejército, Arturo de Jesús Menco Díaz, ocurrida el 30 de diciembre de 2013.

Dijo que fue él quien lo asesinó y dejó el cuerpo sepultado a dos metros de profundidad en un paraje rural del municipio de San Diego, norte del Cesar, pero bajo órdenes de un socio del militar en un negocio de gasolina de contrabando.

Durante tres años y medio, la desaparición del cabo había sido un misterio, hasta que en 2016 la investigación condujo a la captura de Rivero Carvajalino, quien decidió colaborar con la justicia. Señaló que el crimen lo cometió por orden de Eider Ríos Durán, un comerciante natural de Ocaña (Norte de Santander), conocido como el Cachaco, con quien el militar tenía un negocio de transporte de gasolina procedente de Venezuela.

La Fiscalía reveló que el cabo Menco estaba adscrito al Grupo de Caballería Mecanizado No 2 Coronel Juan Rondón, con sede en Buenavista (La Guajira), y tenía dos vehículos en sociedad con Eider Ríos Durán en los que transportaban combustible de contrabando. Sin embargo, señala el organismo, que el cabo Menco fue trasladado a San José del Guaviare, por lo que decide llamar a su socio para que le entregara el dinero que le correspondía.

Ríos le colocó una cita en las afueras de Valledupar vía al municipio de La Paz, donde lo esperaba junto a Wilmer Rivero. Los tres suben a un vehículo y en el camino al corregimiento de Media Luna, Rivero le dispara al militar por orden de el Cachaco, quien le entregó el arma y ofreció $2 millones para que cometiera el asesinato, a fin de quedarse con el negocio.

Aquí la foto de Eider Ríos, acusado de ser el autor intelectual del crimen:

Así fue el crimen

“Al cabo Menco no lo desaparecen por su función como militar; él fue trasladado a San José del Guaviare; vino a arreglar cuentas con un socio que tenía unos carros en los cuales transportaban gasolina; el socio era Eider Ríos Durán, este le puso una cita ese 30 de diciembre a la salida de Valledupar. El militar se despide de sus amigos y le avisa a su familia que se va a encontrar con él para ver qué le correspondía a cada uno. Desde ese momento desaparece y la Fiscalía inicia la investigación y un proceso contra Eider Ríos”, sostuvo el fiscal del caso Eider fue capturado en enero de 2014 por estos hechos y actualmente espera sentencia.

En audiencia de verificación de acuerdo ante un juez de Valledupar, el fiscal sostuvo que “desde esa época no se había tenido noticia del cabo Arturo de Jesús Menco, fue hasta que se capturó a Wilmer Rivero, el 16 de noviembre de 2016, cuando este decidió colaborar con la justicia y decir dónde se encontraba el cuerpo; la exhumación se hizo el 19 de ese mismo mes, en un sitio conocido como La Pitilla, cerca al municipio de San Diego”.

Señaló que tras el hallazgo se hicieron todas las verificaciones y mediante cotejo dental se estableció que efectivamente era el cadáver del suboficial.

Se emborrachó y contó el crimen

De acuerdo con la Fiscalía, Wilmer Rivero fue vinculado al proceso por la muerte y desaparición del militar a finales de 2016, luego que en medio de unos tragos de licor, un testigo lo escuchara cuando le contaba a alguien lo que hicieron.

Esa persona informa a la Fiscalía y Rivero es detenido. Al verse capturado decide colaborar con la justicia.

La investigación señala que Wilmer Rivero fue contactado por Eider Ríos, le dice que le va a dar $2 millones para que mate a su socio, y le entrega el arma; camino a Media Luna, Rivero le da dos tiros al militar, uno de ellos en la cabeza.

Después lanzan el cadáver del vehículo y lo dejan a un lado del camino; pero como la familia sabía que se iba a reunir con Eider, se regresan y tratan de incinerarlo. “Primero le echan gasolina, pero Ríos se quemó un brazo y desisten, luego Eider le dice a Rivero que recogiera el cuerpo y lo enterrara, este último trabajaba en hacer pozos, tenía práctica para cavar, y deja el cadáver sepultado a dos metros de profundidad; pero si no hubiera sido por la colaboración de Wilmer Rivero, jamás se hubiera establecido a ciencia cierta la ubicación de los restos”, puntualizó el fiscal.

Indicó que de acuerdo con su relato, Rivero sería coautor de desaparición forzada y homicidio, pero por el preacuerdo se le daría calidad de cómplice, lo que le puede degradar su calidad de la participación de los delitos.