La muerte de Jesús María Aguirre Gallego, alias Chucho Mercancía, ocurrida el pasado lunes 17 de junio en la Sierra Nevada de Santa Marta, en un enfrentamiento con las autoridades policiales, no le daría fin a la guerra de las organizaciones criminales por el control de las rutas de narcotráfico de esta zona del Caribe colombiano.
‘Mercancía’, el apodo que se ganó Chucho a punta de tráfico de droga y de negocios con mercaderes extranjeros, ya tendría sucesor o, más bien, sucesores, según los registros de las autoridades.
Este medio reconstruyó la vida criminal de Aguirre Gallego, basado en informes de inteligencia de las autoridades que investigaban al señalado líder de la estructura Los Pachencas, que incluso tuvo un fugaz paso por Barranquilla para organizar una red criminal.
El nombre de Jesús Aguirre Gallego cobró interés nacional luego de que el pasado 6 de abril el presidente Iván Duque en un taller ‘Construyendo País’ en el municipio de Aracataca, Magdalena, manifestara su deseo de acabar con las Bacrim que dominan la Sierra Nevada. “Este gobierno va a poner fin a los Pachencas y a Chucho Mercancía”, puntualizó en aquel entonces.
‘Chucho’, quien era nacido en el municipio de Sonsón, Antioquia, se inició en el mundo criminal en las filas del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia al mando del jefe paramilitar Rodrigo
TovarPupo, alias Jorge 40
Luego de la desmovilización de las AUC en 2006, Aguirre Gallego integró la banda criminal de ‘Los Nevados’, cuyos jefes eran los mellizos Mejía Múnera. En esta bacrim, Aguirre participó en violentas incursiones en la Sierra Nevada y en el negocio del narcotráfico.
En 2008, cuando Víctor Mejía Múnera, uno de los mellizos fue abatido por la Policía en el Bajo Cauca Antioqueño, Jesús Aguirre fue designado para coordinar las rutas y vigilar los cargamentos de droga que partían al exterior. Así fue tomando poder hasta llegar a tener el dominio de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Luego de que fueran desmanteladas las cabezas de la organización criminal Los Nevados en mayo de 2008, Aguirre Gallego estuvo al frente de las rutas de narcotráfico de la organización, “sin embargo, para el año 2010 el hombre perdía control y terreno de sus rutas en el Magdalena debido al azote de las autoridades y bandas rivales como ‘Las Águilas Negras’. Es por este motivo que decide buscar un socio que pueda proveerlo de armamento y financiamiento económico”, explican los investigadores.
Seguimientos hechos por la Dijín de la Policía en 2011, sostienen que alias Chucho Mercancía, que en ese entonces era conocido bajo el alias de Pachenca viajó a Medellín para reunirse y ponerse a disposición de Dairo Antonio Usúga David, alias Otoniel, jefe máximo de las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia y conocidas por las autoridades como el Clan del Golfo.
“En una zona campestre de Antioquia y bajo una decena de personas con armamento pesado, en medio de tragos de whiskey, Otoniel arregló con Chucho que este tenía que irse a la ciudad de Barranquilla y allí lograr asentar una célula urbana que respondiera a los intereses del Clan del Golfo”.
Sin embargo, esta orden no llegó a concretarse, al parecer, por las bandas criminales que operaban desde la capital del Atlántico. Es decir, no lo dejaron entrar.
Los informes de inteligencia también dan cuenta de que Chucho Mercancía organizaba en sitios inhóspitos de la Sierra laboratorios para el procesamiento de base de coca. “A Aguirre Gallego sus enemigos fueron los que le pusieron el apodo de ‘Chucho Mercancía’, ya que en interceptaciones telefónicas se evidenció que a la pasta o base de coca se referían como la mercancía y a Aguirre Gallego lo asociaban como la persona que custodiaba grandes cantidades del alcaloide”, explicó el investigador consultado y agregó que: “Sus hombres de confianza lo llamaban ‘Migue’ y mientras militó en el Clan del Golfo fue conocido con el alias de ‘Pachenca’”, puntualizó el investigador.
Aguirre Gallego tenía una solicitud de captura y extradición por parte de los Estados Unidos por el delito de narcotráfico, y en Colombia era investigado por la Fiscalía por los delitos de homicidio, extorsión, desaparición forzada y desplazamientos forzados que tuvieron lugar en el departamento del Magdalena.
Según las investigaciones judiciales, el actuar criminal de Los Pachencas se extiende por la Guajira, exactamente en Riohacha, bajando por toda la Troncal del Caribe; en el Atlántico también se evidenció su presencia en Barranquilla y el municipio de Puerto Colombia. Sin embargo, su fortín era en la Sierra Nevada de Santa Marta donde la organización realizaba cobros de extorsiones, controlaba las rutas para el tráfico de estupefacientes a destinos como Bélgica, Holanda y Centroamérica.
El alias o el nombre del hombre por quien autoridades daban una recompensa de $300 millones, aún después de su muerte, se pronuncia con temor en la región de Guachaca y todo el corredor vial de la Troncal del Caribe, hasta Mingueo. Las calles permanecen solas, el comercio trabaja a medias y la gente poco o nada comenta sobre la muerte de alias ‘Chucho Mercancía’.
Si bien las autoridades sostienen que se está dando un escenario de debilitamiento de ‘Los Pachenca’, un grueso sector de la población de la Troncal del Caribe considera que se le estaría facilitando la tarea a otros grupos criminales, como el Clan del Golfo, que acechan en procura de obtener el poder del territorio y en consecuencia hacerse a las rutas del narcotráfico y los cultivos ilícitos de la zona.
Hay quienes aseguran que desde hacía rato se venía dando una disputa interna dentro de ‘Los Pachenca’ y que la muerte de su líder habría sido provocada por una traición.
El general Mariano Botero Coy, director encargado de la regional 8 de la Policía Nacional, manifestó que “fue un procedimiento de la sorpresa”. “Ellos colocan círculos de seguridad, los cuales logramos infiltrarlos”, anotó.Recalcó en que fue una operación planeada en donde se pudo llegar al anillo que protegía a Chucho Mercancía, “Aquí no se improvisó”, precisó sobre el operativo donde también murió Mario
Giraldo, sobrinodel exjefe paramilitar Hernán Giraldo, el hombre era señalado por el Ejército como el escolta personal de ‘Chucho Mercancía’.
De acuerdo con informes de inteligencia a los que tuvo acceso esta casa periodística, Aguirre Gallego se desplazaba por la Sierra Nevada con un grupo muy reducido y selecto, “Esto lo hacía con el objetivo de poder moverse más rápido y cautelosamente para evitar el cerco de las autoridades”, señaló un investigador que por muchos años estuvo tras la pista del sujeto al que sus hombres de confianza lo apodaban con el alias de ‘Migue’.