¿Qué Pasa?

Miguel Impidió el atraco a su hija, le dispararon y un portacepillo le salvó la vida

Un balazo que intentó darle un delincuente, le rebotó en el objeto que tenía en una mochila.

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Miguel Antonio Celín Martínez, un humilde lavador de buses de transporte público, literalmente le debe la vida a un portacepillos dental que cargaba en una mochila. En este objeto de plástico le rebotó una bala que un delincuente le disparó en medio de un atraco. El proyectil no alcanzó a penetrar la piel del hombre, pues rebotó en este elemento. Solo le causó una laceración menor.

Celín narró ayer así el episodio que estuvo a punto de causarle la muerte.

“El martes pasado, como a las 8:00 de la noche, iba caminando en compañía de mi hija de 18 años por la carrera 2D con calle 80, barrio Santo Domingo.

“Iba a una tienda cercana a cambiar un billete de 10 mil pesos, el único que tenía, para darle algo para la merienda del lunes en el colegio.

“Yo caminaba rápido y ella se fue quedando atrás. De la nada aparecieron dos tipos en una moto y comenzaron a forcejear con mi hija. Le jalaron el cabello para quitarle el celular. Al percatarme de lo que pasaba me devolví y le hice una ‘llave’ al bandido, pero este me tiró al suelo con la ayuda del otro tipo.

“Cuando caí al piso uno de los delincuentes sacó un revólver y me disparó en dos ocasiones. El primer tiro logré esquivarlo estando tirado en el suelo boca arriba. Cuando intenté levantarme me hizo un segundo disparo. La bala perforó una mochila que yo llevaba, y se estrelló con un portacepillo que estaba adentro. Solo sentí un ‘quemón’ en la espalda. Afortunadamente la bala no ingresó, porque el portacepillo le restó velocidad y dirección”, explicó Miguel Antonio Celín.

Tras los gritos y el estallido de las balas, vecinos del sector salieron a ver lo que ocurría. Al darse cuenta de que se trataba de un atraco algunos intentaron alcanzar a los delincuentes, pero la persecución resultó infructuosa.

Estos lograron escapar del lguar. Aunque el caso fue leve, a Celín lo trasladaron a la Clínica San Ignacio, dondelos médicos confimaron que solo fue un ‘rozón’. El miércoles le dieron de alta.

“Todos los días atracan en el barrio y la Policía no hace nada. Hace una semana atracaron a un cobradiario y le quitaron la plata y la moto. Ya los vecinos no se atreven a ir a la tienda solos”, expresó indignado Miguel Celín Martínez.