, acribillado de 15 balazos en su propia casa, en la tarde del jueves, tenían una consigna clara: no dejarlo escapar esta vez. Ya habían intentado matarlo en dos oportunidades, pero no pudieron conseguir este objetivo.
Hace dos años, Dilceo fue secuestrado durante unas 24 horas en un sector desolado de Soledad, pero el Gaula de la Policía logró rescatarlo sano y salvo. De acuerdo con la familia, el propósito de los secuestradores esa vez era asesinarlo e incluso contemplaban la posibilidad de desmembrarlo, según les manifestaron allegados.
Meses después, también en Soledad, un sujeto desconocido le disparó en seis ocasiones, pero solo lo impactó tres veces. Ariza, de 37 años, fue llevado a un centro asistencial y al poco tiempo se recuperó.
La madre del ahora occiso, Duvis Molina Fernández (foto), considera que posiblemente esos dos atentados y este último, que resultó letal, provengan de la misma persona con quien su hijo tuvo una vieja rencilla. No obstante, la progenitora no quiso ahondar en detalles ni individualizar al que considera el verdugo de Dilceo.
En cuanto a los hechos de este jueves, que le segaron la vida, la señora Molina y su hija Ingrid Ariza dijeron que se trató de un ataque salvaje en el que participaron seis personas.
A Dilceo Ariza lo asesinaron a las 3:30 de la tarde en el patio de su misma vivienda, situada en la calle 57B No. 1D - 07, barrio Villa María, de Soledad.
Siguieron de largo hacia el patio y ahí encontraron a Dilceo que ordenaba unas cajas de cerveza. El hombre se dedicaba, según la familia, a la venta de cervezas y licores en la misma casa.
Uno de los sujetos se paró detrás de él y le dijo:
“Mírame, que ahora no se te va a olvidar mi cara. De esta no te salvas”.
Dilceo giró la cabeza y recibió un primer disparo en la frente. Luego el tipo le soltó una ráfaga y salió. Enseguida un segundo sujeto también le disparó en varias ocasiones y huyó. Un tercer hombre que se había quedado en la sala, igualmente siguió al patio y lo remató. En total recibió 15 balazos.
Cuando los seis sujetos pretendían darse a la huida, vieron a un niño de 13 años, hijo de Dilceo, que desde el techo de la casa les reclamó airadamente por lo que acababan de hacerle a su papá. Los asesinos le dispararon al muchacho, pero no lograron alcanzarlo.
Pese al brutal ataque Dilceo no murió inmediatamente, los familiares lo trasladaron a la Clínica Adelita de Char, de Soledad, pero allá llegó sin signos vitales.
Algunos vecinos se “solidarizaron” con la víctima y se enfrentaron a tiros con los homicidas, pero estos escaparon rápidamente. Trascendió que luego del crimen los seis sujetos se reunieron con una mujer en una cancha cercana a Granabastos. Según fuentes del sector, se chocaron las manos y celebraron:
“Todo bien, ya la vuelta está hecha”...
Dilceo Ariza Molina dejó cuatro hijos de 3, 8, 11 y 13 años. Era el mayor de cinco hermanos y tenía un poco más de cuatro lustros viviendo en Soledad. Además de expender cervezas en su casa, escoltaba a los camiones repartidores, reportó la familia.
Hasta el momento la Policía no ha registrado capturas.