Durante el aguacero que se registró la tarde del pasado sábado en gran parte del área metropolitana de Barranquilla, fueron varias las personas que decidieron salir de sus casas a bañarse bajo la lluvia.
Yaredys Torres Rodríguez no fue la excepción. La mujer acudió a la cancha del barrio Las Margaritas, en Soledad, en compañía de sus dos hijos, de 2 y 7 años, a disfrutar del temporal.
Cuenta la mujer de 33 años que, estando con sus familiares bañándose en la lluvia y corriendo por los espacios de la zona deportiva,
un vecino, a quien identificó como Luis Castillo, sacó a pasear a un perro de raza pitbull “a hacer sus necesidades” en frente de la casa donde reside Torres,
en la calle 25 con carrera 39
del referido barrio.
“Mis hijos estaban en ese momento jugando con la arena y
la mascota estaba suelta y sin bozal; entonces le dije al señor que si podía llevar al perro hacía el otro lado de la cancha, pero el hombre me respondió, de forma agresiva, que no lo iba hacer porque la cancha no era mía”, relata la mujer.
En ese instante, asegura Torres, que
el hombre la empujó contra el suelo y le dijo que la cancha no era de ella. “Cuando yo me voy a levantar el señor me pega dos trompadas en la cara y luego me sujeta por el cabello y me arrastra por la cancha, sin importar que mis hijos estuvieran presenciando todo. Mi hijo de 7 años comienza a gritar pidiendo ayuda y mi esposo salió a ver qué pasaba y comienza a discutir con él. Los vecinos se percataron de la situación y llamaron a la Policía”.
Cuando los uniformados llegaron a la zona, según la mujer,
saludaron al presunto agresor y la respuesta de los patrulleros fue “que no podían hacer nada al respecto”.
“Mi llanto fue notorio al sentir la impotencia de que no pasaría nada. Me dijeron que como no había sido en flagrancia no podían hacer nada. Yo estaba allí sangrando por las rodillas y con la cara hinchada y decidí irme a la estación de policía de Soledad 2000. Estando allí hablé con un sargento, quien me indicó que los uniformados habían hecho mal el procedimiento, ya que debieron dejar un reporte de lo ocurrido e indicarme qué debía hacer”, relata Torres.
“Un infierno”
La mujer asevera que desde ese momento comenzó su “infierno”. Fue a la sede de la Fiscalía de Soledad y le dijeron que no podían recibirle la denuncia ya que solo aceptan casos de violencia intrafamiliar
y no por casos de violencia interpersonal o de intolerancia.
“Yo me regresé a mi casa, pero la cara se me hinchó demasiado y me fui a urgencias médicas y allí una trabajadora social me dijo que debía denunciar el caso. Al día siguiente me fui a la sede de la Sijin en Barranquilla, donde sí me recibieron la denuncia y me remitieron al Instituto de Medicina Legal”, afirma la mujer.
En unas fotos que la mujer hizo llegar a este medio,
se observa cómo ambas rodillas de la mujer están laceradas y con moretones; así como el ojo derecho presenta un hematoma.
“Ayer (miércoles) estuve haciendo los exámenes, espero los resultados para saber cómo va a quedar todo el caso”, afirma la mujer.
Según el Observatorio de la Violencia del Instituto de Medicina Legal, en su informe: ‘Violencias Fatales y No Fatales según año y sexo de la víctima. Colombia, comparativo marzo 25 a agosto 25, años 2019 y 2020”, señala que durante este año han ocurrido 242 episodios de violencia interpersonal contra las mujeres solo en el Atlántico; mientras que el año pasado, en el mismo periodo analizado, se registraron 875 casos, lo que indica una variación de 633 casos, es decir, que hubo una reducción del 72%.