Predicar la palabra de Dios, el sueño cumplido del boxeador arrollado por una ‘mula’
‘Metrallo’ Pérez se bautizó en el evangelio hace tres meses, y lo que tenía en mente en las últimas semanas era viajar por el mundo y predicar la palabra.
El púgil Deivis de Jesús Muriel Pérez cumplió parte de su otro gran sueño, además de ser campeón del mundo: predicar la palabra de Dios. Llevarles el mensaje divino a los presos fue uno de los propósitos que logró realizar el boxeador paisa fallecido la tarde del jueves en un accidente de tránsito, en el que un tractomula lo arrolló.
Conocido en el pugilismo como Deivis ‘Metrallo’ Pérez, este pegador de 33 años perdió la vida en uno de los cruces del puente que conecta la avenida Circunvalar con la calle 30, donde el vehículo pesado le pasó por encima cuando se movilizaba en una moto junto a un joven de 17 años, que está hospitalizado.
“Él salió de la casa a la 1 de la tarde, terminó de entrenar como a las 4 y de ahí se devolvería pa’ acá de nuevo”, expresó Joandra Valdez, quien tuvo cuatro hijos con Pérez. Convivían en la calle 57 No. 43-34, barrio Villa del Carmen (Soledad).
Deivis estaba en pleno proceso de puesta a punto para una pelea que sostendría en Cartagena antes de finalizar el año. “Como le salió ese combate, que solo era por una bolsa económica, le pidió el favor al ‘Ñato’ para que lo entrenara en La Magdalena, que era de donde venía ayer (jueves)”, continuó la viuda.
Dicho pleito en la capital bolivarense podría ser una de las últimas que sostendría, pues contemplaba retirarse y dedicar su vida a ser predicador. “Él me decía: ‘Mami, estoy cansado, esto de trabajar y entrenar es duro’, además cada vez estaba más metido en la iglesia”, añadió Joandra.
Deivis tenía marca de 34 victorias (24 nocauts), 19 derrotas y 4 empates. Su último pleito fue en Grecia, el pasado 29 de abril, cuando cayó noqueado ante un pugilista de ese país. “Él tuvo una buena carrera, pero realmente estaba agotado”, precisó Valdez.
‘Metrallo’ se bautizó en el evangelio hace tres meses, y lo que tenía en mente en las últimas semanas era viajar por el mundo y predicar la palabra de Dios. Las travesías mundiales ya no las haría con guantes, sino con biblias.
“Hace 15 días predicó en la cárcel El Bosque. Toda la gloria para Dios, porque fue maravilloso, los presos quedaron tocados por el espíritu santo y Deivis se sintió orgulloso, no era el mismo de pocas palabras al hablar, no, lo hizo grandemente”, puntualizó Joandra.