En las últimos días han aparecido en distintas zonas de la ciudad panfletos que, aunque la Policía Metropolitana de Barranquilla señale que son objeto de verificación y no se constituyen como veraces, en la comunidad sí causan temor e inquietud porque ponen en la mira a residentes en donde se distribuyen, bien sea en físico o ahora en redes sociales como WhatsApp.
En una de las zonas donde se extendió uno de los textos a nombre del grupo delincuencial Los Costeños, cuyos jefes máximos siempre han sido Digno Palomino Rodríguez y Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor, este último preso en Venezuela, se hace referencia a que su “lucha” va en contra de los “robos, violaciones, extorsiones, y toda persona de bien que están siendo molestadas en San Andresito, Fedecafé, tiendas de Soledad, la 17, Los Olivos y La Paz”. Más adelante, en el mismo texto se menciona que “nuestros principales objetivos son acabar con esos gamines de los Papalópez, Los Calabazos y otros grupitos que quieren fomentar la guerra”.
Otras hojas que aparecieron en las calles de la localidad Suroriente, también a nombre de supuestos Costeños, amenazan a los habitantes de “La Chinita, El Ferry, Simón Bolívar, Costa Hermosa, Las Ferias, Primero de Mayo, por los atropellos causados por Los Papalópez y sus secuaces”.
Y en otro texto repartido por el Suroccidente, en los barrios aledaños a la avenida Circunvalar, presuntos Costeños amenazan con atacar las estructuras de “Papalópez, Pachencas, Clan del Golfo y Oficina de Envigado”.
Aunque las investigaciones de las autoridades se centren en afirmar que estos panfletos serían obra de la delincuencia común, con el objetivo de sembrar terror en estos sectores donde son frecuentes las extorsiones a comerciantes, fuentes judiciales señalan que esto muestra los intentos de grupos criminales por mantener el control ante supuestas “reorganizaciones” o “resurgimiento” de estructuras que en el pasado habían sido desmanteladas.
Tal es el caso del Combo de La 40, una banda desmontada en 2013 y que ahora están retomando el negocio del narcomenudeo en los barrios de la localidad Norte-Centro Histórico como Chiquinquirá, Rosario, Centro, Barlovento y San Roque.
La banda siempre ha sido un mito de la delincuencia. Según registros de la autoridad, antes de su desmantelamiento, estaba tan bien estructurada que tenía más de 15 años delinquiendo, y nunca había sido atacada porque sus integrantes usaban negocios informales como fachadas para distribuir la droga. Hoy, supuestos cabecillas de bandas como Papalópez, recién salidos de prisión, estarían detrás del Combo de La 40 y de esas ‘plazas’ de venta de estupefaciente abandonadas.
Las nueve zonas
Así como se ha detectado la presencia del Combo de la 40, investigaciones judiciales muestran nueve zonas de influencia de las bandas criminales y los sectores en donde se han detectado reorganizaciones.
La primera zona en la que hacen presencia Los Costeños y su actual líder Digno Palomino es aquella que va desde la calle 74 con vía 40, abarca el corredor industrial y llega hasta la zona portuaria. “En los últimos 4 años esta banda ha mantenido el control completo del narcomenudeo o microtráfico en esa zona”, indica una fuente consultada.
En una segunda zona aparece alias Chachete, un individuo que fue capturado en mayo por un triple homicidio ocurrido en febrero de este año en el barrio Siete de Abril. Este, con apoyo de colaboradores, vendría manejando pequeñas plazas entre el Centro y la localidad Suroriente.
En un tercer sitio, tramo de la avenida Las Torres entre la calle Murillo y la calle 30, aparecen Los Pegasos y el Combo de Hippie. Este último es Leonardo Fabio Rincón Yepez, exintegrante de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, que recobró su libertad el pasado 4 de junio por vencimiento de términos. Hippie, además, estaría teniendo encuentros con otros sujetos conocido con el alias de Lorena para fortalecer la venta de droga en todo ese sector atraído por el comercio.
La cuarta zona se la dividen grupos como Los Charoles y Los Mañe Cadena, dedicados a la venta de alucinógenos en el sector de Rebolo.
En el quinto lugar, como ya se había nombrado, rivalizan Los Costeños, en cabeza de Castor, y el Combo de la 40, que sería manejado por exintegrantes de Papalópez.
La sexta plaza, según las pesquisas, tiene un dominio de Los Cabezones, un grupo criminal con arraigo en el barrio Las Flores, pero que ha extendido sus tentáculos a barrios del Suroccidente como Los Olivos y Los Ángeles. En esta zona, los cabezones vienen tejiendo alianzas con los Nuevos Costeños, cuyos cabecillas son los hermanos Hernando Rafael Padilla Aguirre, alias Orejas, y Pedro Gabriel, alias Popo.
En el Suroriente, hacia la zona que conduce a el municipio de Soledad, en la séptima zona, se ha detectado la presencia de un grupo llamado Bloque Resurgir que podrían estar asociados a la vieja banda de ‘Los 40 Negritos’. La supuesta organización estaría ubicada en el barrio El Ferry, antiguo fortín de ‘Los 40 Negritos’, y desde allí vendrían ordenando atracos, extorsiones y cobros de supuestas vacunas casa a casa en el mismo barrio, así como en sectores como Pasadena y Primero de Mayo, en Soledad.
En la octava zona, que comprende los barrios cercanos al arroyo El Salao, operan unas bandas “tipo c” que son pandillas que sirven a Los Papalópez, Costeños, Clan del Golfo y Los Pachenca, estos son los 20-11; los 30-30; los R-15, entre otros.
Y en la novena zona, en el sector del Suroccidente, delinquen también pandillas que trabajan para las grandes bandas con operación regional y cobran con dinero y armas.
Bandas en el departamento
La ubicación de las localidades Suroccidente y Suroriente, de acuerdo con las pesquisas, se acomoda a las estrategias de bandas criminales (bacrim) como el Clan del Golfo y Pachencas para el acopio de droga. Es por ello que en ocasiones anteriores se había alertado sobre pactos entre las bandas locales y las grandes organizaciones.
En la edición dominical de EL HERALDO se publicó el informe ‘Las nuevas guerras de las bacrim para expandirse en la Costa’, en el cual se hace referencia a la presencia de grupos armados organizados en los siete Departamentos de la Región Caribe y la forma cómo estos se disputan los territorios para la producción y el tráfico de droga.
Precisamente en lo que tiene que ver al Atlántico, el más pequeño de los departamentos, si bien no existe un dominio como sí lo hay en otras zonas de la Región Caribe preocupa que el tráfico de droga va en aumento y en municipios como Puerto Colombia se ha detectado la presencia continua del Clan del Golfo. Incluso, hace unos días atrás, unos de sus jefes de finanzas fue asesinado en una lujosa cabaña del sector de Sabanilla.
Frente a ese episodio, la autoridad dijo que en la cabaña fueron encontrados alrededor de 1.500 millones de pesos que suponen eran para contratar delincuentes comunes y abrir una nueva ‘sucursal’ en Atlántico, con el compromiso fortalecer su hegemonía.